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El secretario del SUP acusa a Julia García-Valdecasas de ser "poco respetuosa con los conflictos sociales"

La polémica sobre la carga policial del pasado día 14 en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) cuando la visitaba el presidente del Gobierno, José María Aznar, se trasladó ayer al ámbito policial. El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Manuel Sánchez Fornet, dijo que la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas, "da órdenes tajantes y es muy poco respetuosa con los conflictos sociales, y siempre quiere resolverlos por la vía de la contundencia policial". Según Sánchez Fornet, "mantiene una de las líneas más duras que se conocen" .

Según Fornet, si el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, "fuera un poco coherente tenía que haber destituido ya" a la delegada y al jefe superior de policía. El representante del SUP aseguró que "no es la primera vez" que García-Valdecasas "ordena una carga policial que no tenía que haberse llevado a cabo". La Jefatura Superior de Policía de Cataluña reaccionó con una nota en la que asegura que "nunca ha recibido indicaciones" de García-Valdecasas para que se empleara "la mínima contundencia" en las manifestaciones, sino que "desde el primer día ha ordenado intentar resolver los conflictos por la vía de la negociación y, en caso de agresión, aguantar hasta los límites humanamente posibles". Por otra parte, estudiantes y profesores de la UAB recibieron ayer el apoyo explícito de varios representantes de partidos, entre los que se encontraban Pilar Rahola (PI), Joan Saura (IC), Joan Puigcercós (ERC), Maria Olivares (EV) y Willy Meyer (IU). En un acto celebrado en el Colegio de Periodistas, las mayores críticas cayeron sobre el Ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, que fue calificado de "mentiroso" por su intervención ante el Congreso, en la que mantuvo la tesis de que la culpa de los incidentes era de un grupo de estudiantes radicales y violentos. Los estudiantes mostraron 16 pelotas de goma y unos 25 cartuchos de sal que fueron lanzados por la policía durante los incidentes. El profesor de historia Martí Marín, que se vio inmerso en la carga policial, sugirió la creación de una comisión parlamentaria para evitar que se incrimine a los estudiantes, actitud a la que se sumó el miércoles el vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos, que los definió como "pardos por fuera y rojos por dentro", y puso en un mismo saco a los estudiantes de la UAB, los jóvenes violentos de la izquierda abertzale y los ultras rapados que actúan en los estadios.

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