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Un aniversario con sorpresa municipal

El alcalde de Brunete, Julio Fernández (independiente), se ha tomado muy en serio este año los cumpleaños de sus vecinos. Con los datos del padrón municipal averigua todos los días cuál de los más de 5.000 habitantes de la localidad celebra el aniversario de su nacimiento. Conseguido el dato, envía una carta de enhorabuena al afortunado y, además, le hace un regalo. En alguna ocasión ha llegado a entregar los obsequios en mano, pero hace días que ha delegado esa tarea en un policía local. Los regalos, cuyo precio no supera nunca las 300 pesetas, según asegura Fernández, los compra con dinero procedente del erario público en un almacén de todo a cien situado en Fuenlabrada. Con esta iniciativa, el alcalde, que se niega a convocar la moción de censura que hace más de un año le presentó el PP, ha levantado una nueva polémica en el municipio.El PP le llevó a los tribunales por esta negativa. Los jueces dictaron sentencia hace tan sólo unas semanas, donde se ordenaba a Fernández convocar el pleno de la moción. Pero el alcalde ha recurrido al Tribunal Supremo para garantizar su continuidad, al menos hasta las próximas elecciones, según él mismo confesó.

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Lo de hacer regalos de cumpleaños es una iniciativa que arrancó el primer día del año y que durará todo este primer semestre. Fernández gastará 400.000 pesetas del Ayuntamiento. Tiene las cuentas claras: "Voy a hacer unos 2.000 regalos, a una media de 200 pesetas cada uno. Ya somos 5.036 habitantes; toca a unos doce cumpleaños al día".

Hay regalos de diversos tipos, en función de la edad o el sexo del beneficiario. A los niños pequeños, de uno a tres años, les corresponde un muñeco de peluche. Los de tres a seis años corren peor suerte, ya no podrán llegar tarde a clase, puesto que el alcalde les regala un despertador. Los pequeños de entre seis y 10 años podrán ocupar su tiempo de ocio en leer un cuento, hacer un rompecabezas o pintar con sus nuevas pinturas, todo obsequio del Ayuntamiento. Para los que están entre los 10 y los 14 años, el alcalde ha elegido un videojuego. Para los que pasan de los 14, Fernández ha pensado en hacerles un regalo mucho más práctico: les entrega una bomba de hinchar que vale para bicicletas o motos. Para los adultos de Brunete, unas confortables zapatillas de andar por casa, "unas pantuflas", como las llama Fernández.

A las señoras les envía un jarrón chino de imitación o un cepillo para el pelo con un mecanismo que da masajes en la cabeza. "Pero que la gente no se piense que estoy dilapidando el dinero del Ayuntamiento. Ninguno de estos obsequios sobrepasa las 300 pesetas", aclara Fernández.

"Son cosas pequeñas, pero que hacen una gran ilusión. No los considero regalos, sino más bien pequeños detalles", añadió. Para encontrarlos tan baratos tuvo que viajar hasta Fuenlabrada. "Es la primera vez que se hace esto. Soy el pionero y he recibido muchas felicitaciones. A la gente le agradan mucho los obsequios. Hubo una señora que colocó el jarrón en una vitrina junto a objetos de lujo, de oro y plata. El jarrón no pegaba ni con cola en un lugar tan preferente de la vivienda, pero me dijo que lo había puesto ahí porque era la primera vez en 70 años que recibía un regalo del Ayuntamiento de Brunete", explicó el alcalde. Algunos de los beneficiarios de esta generosa idea del regidor independiente no están satisfechos con la iniciativa.

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Devolución

Antonio Fernández Mata, peluquero de 53 años y vecino de Brunete, aparte de la biografía de Francisco Rabal y el disco de boleros que le regaló su mujer el sábado pasado, día de su cumpleaños, recibió unas pantuflas municipales.La sorpresa no le agradó: "Tuve que firmarle al policía local un recibí por el regalo. Eran unas zapatillas que venían envueltas en un estuche de imitación de piel. No pienso usarlas, sino devolverlas. No me parece ético que el alcalde haga regalos a los vecinos con el dinero del Ayuntamiento", explicó.

"Me parece que ha empezado su precampaña electoral. Si todavía pagara él los regalos estaría bien, pero que los pague con el dinero público es una inmoralidad, una falta de ética. No está bien que se hagan regalos de tipo personal con cargo al erario público", concluyó.

Fernández niega que trate de comprar los votos de sus vecinos con los regalos. "Nadie va a vender su voto tan barato por sólo 30 duros", explicó. "Sólo trato de alegrarles el día a los vecinos", señaló.

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