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El personal sanitario ha cobrado 3.800 millones desde 1993 por operar y pasar consulta por las tardes Los sindicatos recriminan a Sanidad que no ponga coto a las horas extraordinarias

VIENE DE LA PÁGINA 1 Según señaló a EL PAÍS el nuevo viceconsejero de Ordenación y Planificación Sanitaria, Luis Hernández, "si la lista de espera se concentrara en un solo hospital sería posible contratar, por ejemplo, a cinco oculistas, cuatro traumatólogos y tres ginecólogos y así dar respuesta a toda la patología. Pero es que la lista de espera está desperdigada por todos los hospitales" de la red pública vasca. De esta forma, Hernández recalcó que "no se puede contratar un cuarto de traumatólogo para el Hospital de Santiago y otro cuarto para el Hospital de Cruces. Si el traumatólogo tiene que trabajar siete horas y media al día [lo que supone 1.650 horas al año], ¿le hacemos un contrato por 300 horas? No encuentras a nadie". "La única manera de dar respuesta", añadió el viceconsejero, "a una demanda que está repartida por todos los centros es que el personal de cada centro haga autoconcertación. Si la lista de espera se llevara a un centro sería fácil contratar personas, en lugar de que los profesionales de los hospitales hagan horas extras o complementarias". Precisamente, ésta es una de las ideas que baraja en estos momentos el Departamento de Sanidad. "Tal vez en cada provincia haya que poner un único centro para dar respuesta a la lista de espera y de esta forma se puedan crear determinados puestos de trabajo, como traumatólogos para operar o endocrinólogos para consultas", según Hernández. Proyecto del Parlamento El Servicio Vasco de Salud ha gastado desde el año 1993 más de 6.400 millones de pesetas en el programa de autoconcertación. El grueso de esa cantidad, casi 3.800 millones de pesetas, ha sido destinada a pagar los sueldos de su personal sanitario, sobre todo médicos y enfermeras, por operar y pasar consulta por la tarde. El resto de dinero se ha ido en gastos de funcionamiento: apertura de quirófanos y consumo de materiales. La autoconcertación es un proyecto que emanó de una resolución del Parlamento vasco en 1992. Según la Cámara, Osakidetza tenía que hacer más con sus recursos propios. Así que el Servicio Vasco de Salud invirtió los fondos que destinaba a la productividad variable a incentivar a los médicos para que trabajaran fuera de su jornada laboral para reducir las listas de espera de pacientes, el problema más acuciante. De esta forma, desde el año 1993 Osakidetza abona un complemento a los profesionales que acceden, de forma voluntaria, a realizar operaciones o pasar consulta por la tarde. Mientras que los partidos refrendaron mayoritariamente en el Parlamento la puesta en marcha de este programa, los sindicatos criticaron la medida. Ahora, seis años después de instaurarse, las centrales continúan con sus diatribas. Inciden en que la tasa de ocupación de los quirófanos por las mañanas no llega al 100% y, sobre todo, recriminan al departamento que no ponga coto a las horas extras en un momento en el que el debate por el reparto del empleo y la reordenación del trabajo está más presente que nunca en la sociedad vasca y cuando el propio consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, ha hecho un llamamiento a las administraciones para que se impliquen de forma efectiva en la reducción de las horas extraordinarias. Lola Gómez, responsable de sanidad del sindicato LAB, afirma que el dinero invertido en el pago de las horas extraordinarias podría servir para contratar a "buenos profesionales" que engrosan ahora mismo las listas de paro. "Sería mucho más solidario", comenta. El responsable sectorial de ELA, Andoni Sanz, recalca que Osakidetza "encubre sus carencias" con la autoconcertación. Trabajar más por la mañana Para Luis Hernández los recelos que plantean los sindicatos son infundados porque "las cuatro condiciones que se exigen a los profesionales para acceder a la autoconcertación implican trabajar más por la mañana". Estos requisitos son operar más en la jornada matinal, disminuir las cancelaciones quirúrgicas, reducir las intervenciones diferidas desde el servicio de urgencias y mantener la tasa de prescripción de entrada en lista de espera quirúrgica. El viceconsejero recurre a los datos para rebatir a los sindicatos. El número de intervenciones quirúrgicas realizadas en los hospitales públicos vascos ha pasado de las 70.423 que se practicaron en 1991 -un año antes de comenzar con el programa de autoconcertación- a las 120.690 que se realizaron el año pasado. El incremento se ha producido tanto por las mañanas como por las tardes: de las 70.423 operaciones de 1991 efectuadas por la mañana se ha pasado a las 108.826 del año pasado y de las 3.082 practicadas en jornada vespertina en 1992 -el primer año de la autoconcertación- a las 11.874 del año pasado. El incremento de la actividad quirúrgica ha permitido reducir el tiempo que debe esperar un paciente para ser intervenido. En 1993, un enfermo tenía que esperar para su operación una media de 85 días -en función de su patología y urgencia se acortan o se alargan los plazos-. El año pasado, en cambio, el tiempo medio de espera no llegaba a los dos meses.

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