"Los separatistas no quieren derechos, sólo quieren territorios"

El ministro de Exteriores de la República Federada de Yugoslavia (que incluye las repúblicas de Serbia y Montenegro), Zivadin Jovanovic, aseguró ayer en Madrid que su país es víctima del nuevo orden internacional que está erosionando principios fundamentales en el respeto a la soberanía de los Estados, y solicitó el apoyo internacional para bloquear la ayuda exterior que recibe la guerrilla independentista que opera en el territorio de Kosovo. "Los separatistas no quieren derechos, sólo desean territorios" afirmó Jovanovic en una entrevista a EL PAÍS, celebrada en la embajada de su país en Madrid.Jovanovic, que se reunió ayer con el ministro español de Exteriores, Abel Matutes, aseguró que su Gobierno considera que la solución al problema de Kosovo sólo se puede alcanzar por medio del diálogo y la negociación, "nunca por el empleo de la fuerza". Jovanovic aseguró que sólo es posible una solución política que respete los derechos humanos, la igualdad de los ciudadanos, con independencia de su cultura, religión u origen étnico pero que, en cualquier caso, respete la integridad territorial de Yugoslavia. "No se puede decir que se está contra la modificación de las fronteras actuales y, al mismo tiempo, apoyar a las fuerzas separatistas".

Cuando se le plantea que su visión de lo que ocurre en Kosovo contradice las versiones de las principales organizaciones de la comunidad internacional, el ministro responde con vehemencia: "¿A qué se refiere cuando habla de la comunidad internacional? España mantiene una posición constructiva, igual que Grecia, Italia o Francia. Por no hablar de Rusia o China. ¿No forman esos países parte de la comunidad internacional?"

El ministro se muestra decepcionado por la actitud del Reino Unido, posición que considera transitoria, y evita hablar directamente de Alemania y Estados Unidos a quienes apuntan sin embargo sus críticas. "Lo que está pasando en Yugoslavia es un precedente peligroso para otros países" añadió.

Jovanovic no vacila al afirmar que el dinero que sostiene a la guerrilla separatista, el Ejército de Liberación de Kosovo, procede de Alemania, Suiza, de algunos países escandinavos y de Estados Unidos; que las armas llegan desde Albania, desde cuyos puertos son transportadas, a veces, bajo la cobertura de ayuda humanitaria.

Jovanovic no quiso realizar una valoración de la misión que están llevando a cabo los observadores civiles de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), pero sí se mostró muy crítico con la Alianza Atlántica y con sus eventuales planes de intervención en Kosovo.

"Somos un país situado en una encrucijada de caminos y alguien puede utilizar nuestra situación para sus propios fines. El complejo militar industrial necesita conflictos para alimentar la industria de armamentos; somos un precedente para justificar misiones fuera de la zona de actuación de la OTAN y nuestro caso será utilizado en la próxima cumbre de la OTAN cuando se definan las nuevas estrategias de la Alianza", afirma Jovanovic que considera injusto el trato que reciben de EEUU. "En nuestra historia siempre hemos sido aliados de Estados Unidos, hemos estado en el mismo lado. Hoy nos atacan los mismos muyahidin que ponen bombas en embajadas norteamericanas en África".

Jovanovic negó que su Gobierno haya llegado a acuerdo alguno con la guerrilla kosovar, -a la que califica siempre de terrorista- por la liberación de ocho soldados yugoslavos secuestrados el pasado viernes y liberados este miércoles. "Los terroristas son terroristas aunque liberen a los secuestrados. Nuestra política no va a cambiar. No mantendremos contactos con los terroristas".

El ministro yugoslavo mantiene que es público y notorio que la guerrilla del ELK está preparando una ofensiva para la próxima primavera y solicitó "una actitud constructiva a aquellos países que permiten el reclutamiento, facilitan las armas u ofrecen financiación a la guerrilla separatista".

Uno de los objetivos de su visita a España era recabar el apoyo de Madrid para normalizar las relaciones con las instituciones europeas, especialmente con la Unión Europea.

El ministro yugoslavo no quiso referirse a la misión encargada por la comunidad internacional al ex presidente del Gobierno español, Felipe González, para buscar una solución negociada al conflicto kosovar. "Esa es una situación del pasado, sobre la que no vale la pena volver. Hay que hablar del futuro", señaló.

En el último año, el conflicto en Kosovo ha costado más de dos mil vidas y ha provocado la huida de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus casas y sus localidades ante la dureza de los combates. El problema de los refugiados kosovares está llegando ya a las fronteras de la Europa comunitaria.

España mantiene una oposición prudente en el conflicto Kosovar. Matutes, calificó ayer, ante el ministro yugoslavo, como "compleja" la situación en la que "se han cometido abusos por ambas partes" y pidió que se ponga fin a las acciones violentas.