El Gobierno anuncia que dará más protagonismo a los ayuntamientos en el entramado institucional
VIENE DE LA PÁGINA 1 El acuerdo de Gobierno suscrito por el Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna incluye en uno de sus apartados la consecución de un necesario y amplio acuerdo político y social para crear una institución financiera pública vasca, el conocido como Banco Público Vasco. El ex consejero de Hacienda, Alfonso Basagoiti (PNV), apuntó en 1990 la conveniencia de crear un Banco de Euskadi para optimizar la gestión de los recursos de las administraciones vascas y coadyudar a la obtención de la máxima autonomía financiera de Euskadi. El punto básico para la consecución de estos logros pasaba por la transferencia de los coeficientes de caja de las cajas de ahorros vascas, que entonces estaban depositados en el Banco de España. El consejero de Hacienda, José Luis Larrea (PNV), retomó la idea en 1994. Socialistas y populares se opusieron frontalmente a la transferencia del dinero depositado por las cajas de ahorro de Euskadi en el Banco de España por considerar que se trataba de una pieza de la política monetaria cuya gestión pertenecía al Banco de España. Además, Eusko Alkartasuna retiró su apoyo inicial por entender que sin los coeficientes el Banco nacería muerto. Así, el proyecto quedó en suspenso. Cambio de panorama Ahora los coeficientes ya no representan el mismo problema. Con la aparición del Banco Central Europeo, esos depósitos cautivos, ya de inporte muy reducido, pasan de largo por el Banco de España y van a parar a la entidad supranacional. Además, los políticos nacionalistas que impulsan el Banco Público Vasco aseguran que esta institución no va a hacer la competencia al sector privado. Subrayan que su objetivo es dinamizar la financiación de la economía vasca, es decir, convertirse en una especie de motor económico que se alimentaría de una parte de los activos financieros del Gobierno y de las diputaciones. De esta forma, el Banco vasco realizaría una función de tesorería similar a la que hace el Banco de España para el Gobierno central y sería compatible con las cajas y bancos privados. Zenarruzabeitia también consideró "posible", aunque sin más precisiones, terminar la legislatura con la fusión de las tres cajas de ahorro vascas -la Vital, BBK y Kutxa-. El pacto de PNV-EA recoge la intención de alcanzar acuerdos entre las cajas para "conseguir la creación de una Caja de Ahorros de Euskadi, como fruto de las exigencias del proceso de integración europea". La vicelehendakari y brazo derecho de Juan José Ibarretxe, analizó la trascendencia de que el Gobierno siga con los trabajos de convergencia con Europa y se detuvo de forma especial para repasar el actual estado de la negociación sobre transferencias. Recordó que hay abierta una línea de negociación con Madrid por lo menos para una transferencia: el traspaso de la autopista A-68, que fue acordado por el PNV con el Gobierno del PP a cambio del apoyo de los nacionalistas a los Presupuestos Generales del Estado. "La prioridad en el terreno estatutario", señaló, "sigue siendo la parte económica-social, es decir, el Inem y la Seguridad Social". Vertebrar Euskadi La vertebración de Euskadi ocupó una parte de su intervención. Según la vicepresidenta, hay que definir con claridad el papel que les corresponde desempeñar a los ayuntamientos en el entramado institucional de Euskadi. "No hemos sabido definir el papel de los ayuntamientos, tanto en lo financiero como en relación con las otras instituciones". Para Zenarruzabeitia es preciso analizar el modo de integrarlos en el Consejo Vasco de Finanzas, que es el órgano que reparte el dinero recaudado por las diputaciones, lo que supondría una revisión de la Ley de Territorios Históricos. El acuerdo PNV-EA sobre el que se sustentará la acción del Gobierno vasco en los próximos cuatro años reconoce que la construcción interinstitucional interna de Euskadi no ha alcanzado el techo deseado. Por eso, existe un compromiso de elaborar la Ley Municipal del País Vasco, con el objetivo de que los municipios disfruten de la máxima autonomía en la gestión de sus intereses y en el cumplimiento de sus funciones. Sobre las relaciones con Navarra, se mostró lacónica. "Tenemos previsto continuar la colaboración con la Comunidad Foral, tanto desde el punto de vista institucional como para impulsar actuaciones desde otro tipo de sectores públicos o privados".
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