El empleo de universitarios en el sector privado valenciano está 20 puntos por debajo de la media

Los empresarios valencianos prefieren prescindir de los universitarios, o bien la universidad vive de espaldas a las necesidades de los empresarios. Lo cierto es que una de las reflexiones de mayor calado del Libro blanco del sistema universitario valenciano concluye que el 53% de los universitarios de los últimos diez años trabajan ahora en los servicios públicos, tan sólo el 31% se emplea en la empresa privada. El caso valenciano es particular: la tendencia estatal es, precisamente a la inversa, y apunta que el 52% de los universitarios españoles es absorbido por el sector privado.

El diagnóstico por sectores es demoledor. Tan sólo un 10% de titulados es absorbido por el sector industria y sólo el 4,4% se incorpora a la construcción (que precisamente tiene la tasa de accidentes laborales mortales más alta). El sector energético prácticamente prescinde de los universitarios: sólo un 0,4% de los profesionales se integran a este sector. El sector agropecuario mantiene la tendencia a la baja con sólo un 1,4% de titulados. La tasa de paro de la población con estudios universitarios de ciclo largo afecta en mayor medida a las Humanidades: por edades, el 44% de los licenciados entre 25 y 29 años no disponen de trabajo, y hasta los 25 años son el 31% los desempleados. En Ciencias Jurídicas la tasa de paro inicial a los 25 años es del 25,32%, en Ciencias Experimentales del 24,03%, en Ciencias de la Salud el 19,62% y en técnicas el 19,91%. Otro de los capítulos recogidos en el Libro blanco que merece una atención especial es el relacionado con los resultados académicos donde se registra una tendencia más favorable en la Universidad de Alicante y en la Jaume I; mientras que en la Politécnica y en la Universidad de Valencia aumenta unas décimas el fracaso escolar. Aunque no siempre ha sido así. Tasas de rendimiento Las universidades más jóvenes superan a las veteranas a partir de 1996, pasando así de tasas de rendimiento, en el año 1994, del 0,63 en Alicante; 0,66 en la Jaume I; 0,60 en la Politécnica, y 0,69 en la de Valencia, a los resultados del año 1996, donde la Universidad de Alicante alcanza un rendimiento del 0,77; la Jaume I, del 0,78; la de Valencia, del 0,77; y la Politécnica, del 0,75. En las conclusiones se recoge que "el fracaso escolar es importante tanto en términos de retraso como de abandono y que está desigualmente repartido por ramas y titulaciones". El Libro blanco sobre las universidades apunta que la adaptación de los contenidos de las enseñanzas a los cambios es "un proceso lento y es percibido como una de las causas del fracaso estudiantil y de los problemas de inserción laboral". El documento hace hincapié, en tono preocupante, sobre el "desigual" uso de las nuevas tecnologías entre las cinco universidades valencianas y señala que "pese a los avances realizados, las conexiones de las universidades con el resto del sistema social y económico son todavía débiles". En relación a las prácticas laborales, la Universidad de Alicante tiene en la actualidad 3.859 alumnos en prácticas, un 68% en convenios con empresas privadas y un 32% con el sector público. Mientras, en la Universidad Jaume I de Castellón tan sólo el 7% de los 2.332 alumnos que realizan prácticas acuden a instituciones públicas; el 93% completa esta parte de su formación en el sector privado. Esta situación se reproduce en la Universidad Politécnica, donde el 91% de los 2.142 alumnos realiza sus prácticas con empresas privadas y sólo el 9% en las públicas. El caso más curioso se produce en la recién creada Universidad Miguel Hernández, en la que 27 alumnos pueden realizar prácticas en 74 empresas. En la Universitad de Valencia la proporción es del 70% en la privada y el resto en el sector público. El Libro Blanco incluye también otras reflexiones, como el hecho de que aún reconociendo que los titulados conservan ventaja de cara a la inserción laboral, se aprecian ya " serios problemas de desempleo y subempleo para las nuevas promociones". Para lo cual las universidades se plantean una amplia oferta de cursos de posgrado para continuar la formación después de la titulación.