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Bonn mantiene su previsión de crecimiento en el 2% y espera alcanzar un déficit del 1% en el 2002

El Gobierno alemán se mantiene firme en su previsión de crecimiento económico para 1999, alrededor del 2%, pese a la revisión a la baja de las cifras oficiales que han publicado prestigiosos institutos de análisis en las últimas fechas. El ministro alemán de Finanzas, Oskar Lafontaine, que ayer presentó a la Comisión Europea su programa de estabilidad, confirmó sus pronósticos y aseguró que el déficit público será del 1% del PIB en el año 2002 y que la deuda pública estará por debajo del 60% a partir de esa fecha. Alemania ha sido el último de los Once en presentar el plan de estabilidad a Bruselas.

El Gobierno socialdemócrata del canciller Gerhard Schröder envió ayer a la Comisión Europea su programa de objetivos macroeconómicos a medio plazo en cumplimiento del Pacto de Estabilidad de la Unión Económica y Monetaria (UEM). El titular de Finanzas alemán, Oskar Lafontaine, ha sido el último de los socios comunitarios en presentar el plan, una de las exigencias del Gobierno germano para apoyar la política de manga ancha comunitaria en el examen de acceso al euro. El plazo se cerró el pasado diciembre. El conjunto de previsiones y actuaciones enviado a la Comisión fue aprobado en el último Consejo de Ministros celebrado en Bonn e incluye los compromisos del Gobierno germano para limitar el déficit presupuestario al 1% y la deuda pública al 60% del producto interior bruto (PIB) en el 2002. Hasta ese año espera crecer a una media del 2,5% anual. También incluye las principales medidas socioeconómicas del Gobierno socialdemócrata federal, entre los que figura la lucha contra el desempleo, que afecta casi a cuatro millones de alemanes.

En un comunicado oficial emitido ayer por el Ministerio de Finanzas, el Gobierno alemán recuerda que "declaró ya hace tiempo que se plegará a las disposiciones del pacto", que implica, según lo acordado, que los participantes de la moneda única se comprometen a hacer que sus déficit públicos tiendan a desaparecer hasta llegar al equilibrio presupuestario.

"Hasta el momento no hay razones para que cada mes haya que corregir previsiones que ya han sido corregidas", afirmó ayer en Bonn el ministro Oskar Lafontaine, duramente criticado en los últimos días por su ausencia a los actos oficiales en Bruselas con ocasión del lanzamiento del euro. El Gobierno socialdemócrata rebajó la cifra de crecimiento prevista para este año nada más acceder a la dirección del país en otoño pasado. El crecimiento registrado por la economía alemana al final de 1998 se situará cerca del 2,8%.

Dudas independientes

Lafontaine salía así al paso de las dudas suscitadas sobre la solidez de sus cifras después de que uno de los seis grandes institutos de predicción económica en Alemania, el DIW de Berlín, revisara a la baja sus previsiones. El DIW cifró en el 1,4% el crecimiento del PIB en todo el año 1999, frente al 2,3% recogido en sus análisis anteriores.

El pasado mes de diciembre, también el instituto IFO de Múnich revisó a la baja sus previsiones, situando el crecimiento previsto del PIB en el 1,7%, frente al 2,3% anterior.

El Ministerio de Finanzas alemán recordó ayer que sus cifras servirán de base para la elaboración de los presupuestos para el presente ejercicio, cuyo contenido será presentado por Oskar Lafontaine el próximo 20 de enero.

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