El alcalde de Pozuelo renuncia a urbanizar el monte del Pilar tras las protestas vecinales
El monte del Pilar (casi mil hectáreas de bosque mediterráneo, entre los términos de Pozuelo, Majadahonda y Madrid) seguirá siendo zona rústica, y ahora, especialmente protegida. El alcalde de Pozuelo, José Martín Crespo, del PP, acordó ayer con el consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, romper un convenio urbanístico firmado con la Comunidad en junio de 1994 que permitía la construcción de 870 viviendas en este bosque. Crespo retirará, pues, este desarrollo urbano de su nuevo plan general, actualmente en tramitación.
José Martín Crespo ha dado un giro inesperado a la polémica suscitada en Pozuelo en torno a la conservación del monte del Pilar. El regidor se reunió ayer con el consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, y ambos acordaron romper el convenio urbanístico aprobado en 1994 y que le permitía construir 870 viviendas en esta zona boscosa, en concreto, en una finca situada entre el Hipercor de Pozuelo y la primera línea de árboles del monte, a orillas de la M-40. Además, Crespo anunció que renunciaba a levantar otras 30 viviendas más en unos terrenos de la familia Oriol, en los límites de Pozuelo con Majadahonda, pero también dentro del monte del Pilar.Las 870 viviendas proyectadas no habían sido construidas aún porque no estaban incluidas en el plan general urbano de la localidad. Pero la situación amenazaba con cambiar de forma radical a causa de la reciente revisión del plan, que en su aprobación inicial sí las recoge.
Las críticas vecinales, de los ecologistas y de los grupos de la oposición se hicieron unánimes al hacerse pública la recalificación prevista. "Urbanizar el monte del Pilar es un escándalo y una salvajada: la mayor barbaridad urbanística de los últimos años". Así lo definió Santiago Martín Barajas, portavoz de Ecologistas en Acción.
Ley para el monte
Al tiempo que el grupo municipal socialista de Pozuelo denunciaba el proyecto ante la Fiscalía de Medio Ambiente, el grupo parlamentario del PSOE en la Asamblea reclamaba una ley que protegiese de forma definitiva esta frondosa masa forestal.
El monte del Pilar está poblado de grandes extensiones de encinas, pinos piñoneros, jarales y matorrales. Forma un pasillo medioambiental con El Pardo y los encinares de Boadilla del Monte. Pero fue desgajado de ellos hace décadas por la N-VI, la M-40 y la carretera del Plantío. De sus cerca de mil hectáreas, 450 están en Pozuelo, 403 en Majadahonda y 109 en Madrid. En su mayoría son de propiedad privada.
Según los ecologistas, su estado de conservación es "excelente". "Es una masa forestal que se ha salvado de agresiones directas, que se regenera bien y cuyo futuro es halagüeño si nadie atenta contra ella. Goza de una gran biodiversidad y en él viven varias parejas de rapaces", indican los ecologistas.
Crespo rechazó ayer las críticas que le acusaban de querer urbanizar el monte. "El convenio sólo incluía la urbanización de las zonas deforestadas. No obstante, ante la posibilidad de que quede la duda ante los ciudadanos de que intentábamos construir en la zona forestal, he decidido que siga siendo suelo rústico. Las 870 viviendas no se construirán", subrayó. Para ello, un próximo pleno aprobará la nueva modificación que convierte estos terrenos, de nuevo, en rústicos.
Martín Crespo reconoció, no obstante, que había encargado un informe a la Consejería de Medio Ambiente sobre los posibles daños medioambientales que la urbanización ahora eliminada podría ocasionar sobre la zona arbolada. "Si alguna vez ese informe permitiese levantar allí casas, volveríamos a retomar el asunto", alertó.
El diputado socialista Armando García aseguró ayer que la obligación de la Consejería de Medio Ambiente es "proteger el monte de una vez por todas, y no estar a expensas de las decisiones de los alcaldes". García abogó por la aprobación de una ley regional concrete para el monte del Pilar.
Por su parte, Esther Alonso, portavoz del grupo municipal socialista en Pozuelo, se felicitó ayer por lo que calificó de "un éxito ciudadano". "Me parece una gran noticia que no se vayan a construir las casas", señaló, "pero todo esto no se hubiera logrado sin la presión de los vecinos. El PSOE sólo dio la voz de alarma". Los socialistas había recogido en las últimas semanas 5.000 firmas contra la urbanización del bosque.
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