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El problema Sadam

Si Sadam Husein no reincidiera tanto, quizás sería posible encontrar una forma menos bélica para impedir a Irak la producción y utilización de armas de destrucción masiva. Tras los últimos ataques aéreos de EE UU y el Reino Unido, en el Consejo de Seguridad se presiona para aliviar esta tensión. Pero los peligros de relajar el control sobre Irak son tan grandes que es imposible tomar en consideración los cambios propuestos por Francia y Rusia, incluido el levantamiento del embargo económico. Los ataques aéreos han sido un instrumento cruel pero necesario para controlar el armamento de Bagdad una vez que se comprobó que las inspecciones sobre el terreno eran infructuosas. (...) Habría sido preferible una solución diplomática, pero nadie ha logrado llevar a cabo un plan de actuación con el régimen dictatorial de Bagdad. (...) Cualquier relación con Irak que dependa del Consejo de Seguridad será siempre débil. Si Francia trata de salvar las relaciones comerciales, Rusia espera que Bagdad le devuelva el dinero de la venta de armas realizada hace diez años. Puede que EE UU y el Reino Unido se vean obligados a vetar el levantamiento de las sanciones, obligando a respetar el impopular embargo de petróleo. La Administración Clinton no debería ignorar las dificultades que comportaría una negociación para encontrar nuevos líderes para Irak. (...) Pero no hay una vía para tratar con Irak que no sea dolorosa. Si la hubiera, Sadam Husein no habría logrado permanecer en el poder durante 19 años gobernando de forma tan despótica.

29 de diciembre

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