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El PP dedica dos días de alabanzas a los pequeños y medianos empresarios

, Sonó a reclamo publicitario, pero hizo fortuna entre los asistentes. Igual que hay reina de las nieves o de los mares, Madrid merece su proclamación como "reina de la pequeña y mediana empresa", aunque suene menos poético. La autoría de la definición corresponde al consejero de Economía, Luis Blázquez, que celebró ayer en compañía del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, la primera de las dos "jornadas de homenaje a las pymes madrileñas".

¿Y por qué un homenaje ahora a las empresas de menos de 250 trabajadores? El propio Ruiz-Gallardón confesó que la ocurrencia había partido de Blázquez y que él se apresuró a dar el visto bueno. "Estábamos ante la posibilidad de saldar una de las deudas más antiguas de la Comunidad de Madrid, la que mantenemos con quienes han conseguido generar riqueza y empleo", proclamó el presidente.Las jornadas no parecen dirigidas a explorar en asuntos teóricos. Son, más bien, una invitación lúdica para un colectivo empresarial del que dependen 1,1 millones de asalariados en la región. Los más de 200 asistentes a la recepción de ayer en la Real Casa de Correos tuvieron que aguantar -sin una triste silla- hasta ocho discursos por espacio de más de una hora, pero encontraron el "merecido premio" con un almuerzo rico en jamón, queso, ensaladas de diseño, pudin de pescado y carne de primera calidad. Por la tarde, la Filarmónica de Madrid les regaló los oídos con un concierto exclusivo en el Auditorio Nacional. Para hoy se ha programado una visita al Centro de Transportes de Coslada, una degustación de productos típicos y, como colofón, un partido de baloncesto entre el Fuenlabrada y el Estudiantes.

Todo este esfuerzo bien merece la pena, aseguró Blázquez. "Las pequeñas y medianas empresas tienen muchos méritos acumulados a lo largo de la legislatura", admitió. Ruiz-Gallardón le secundó: "Son el esqueleto vertebrador de un modelo de sociedad que premia el trabajo bien realizado y el triunfo de las mejores ideas". Y el presidente de la patronal madrileña, Fernando Fernández-Tapias, combinó los guiños sentimentales ("aún recuerdo mis primeros pasos, con 15 años, en una pequeña fábrica de conservas en mi Galicia natal") con sus reflexiones sobre la esencia empresarial. El hombre se hace empresario, dijo, por "creatividad, independencia, sentido de la responsabilidad y la realización del individuo".

"Fuera de lugar"

Comisiones Obreras y UGT criticaron ayer esta sucesión de actos. Dolores Moreno, portavoz del sindicato ugetista, apuntó: "Enfrascarse en comidas en lugar de facilitarle la vida a los parados está fuera de lugar". "Entre el partido de baloncesto y la comilona en la Puerta del Sol, no sé si estamos ante una fiesta infantil o una inocentada", terció el secretario de comunicación de Comisiones Obreras, Francisco Naranjo.Ambos portavoces hicieron votos por que el Ejecutivo que preside Ruiz-Gallardón se dedique a asuntos de más calado que la organización de homenajes. "Las pequeñas y medianas empresas tienen muy poca ayuda del Gobierno regional", recordó Naranjo. Y abundó Moreno: "Dudo que la comida de ayer sirva para crear empleo. En cambio, sería interesante saber qué piensan de este tipo de eventos los 350.000 parados de la región o los perceptores del Ingreso Madrileño de Integración".

Los portavoces sindicales sólo discreparon a la hora de interpretar si el de ayer fue un guiño de carácter electoral. "No. Simplemente fue un acto improcedente", dijo la responsable de UGT. "Sí, pero quede claro que Ruiz-Gallardón lleva cuatro años actuando en clave electoral", matizó el portavoz de CC OO.

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