Crímenes de guerra
No es sostenible argumentar que el verdadero responsable de la última matanza en Irak sea Sadam Husein (sus crímenes son otros). Esto debería saberlo el Gobierno español, que, según esta lógica equivocada, se convertiría en el verdugo de Miguel Ángel Blanco. Aclárense las ideas, señores (usted también, señor Solana): el que aprieta el gatillo es el autor del delito. Si no recuerdo mal, lo mismo viene a decir la Convención de Ginebra sobre los bombardeos de poblaciones civiles. En los últimos días hemos presenciado la siguiente situación: un cow-boy amenaza con disparar contra un psicópata si éste no suelta su navaja. La amenaza se cumple, pero, en vez de darle al psicópata, el cowboy mata a un niño que andaba por allí. En Irak, siempre es el niño el que muere. Un deseo para Navidad: que la humanidad no tenga que esperar otros 50 años para que personas como Bill Clinton o Tony Blair se sienten en el banquillo por sus crímenes de guerra.- Alejo Carrasco García.
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