Moscú regresa a la escena internacional
Gobierno y oposición rusos rivalizan en sus críticas contra el presidente de Estados Unidos
Al decidir precipitadamente atacar a Irak, Bill Clinton y Tony Blair han permitido a Rusia volver al proscenio de la política mundial. El Kremlin, acostumbrado en la época de la URSS, a indignarse en solitario, encuentra esta vez audiencia por doquier. Boris Yeltsin, Eugeni Primakov y el presidente comunista de la Duma, Genadi Seleznev, por una vez de acuerdo, dicen en voz alta sobre la acción anglo-americana lo que casi todos los aliados occidentales piensan en voz baja. En Washington y Londres finjen no oír el coro de protestas como si Rusia, China e India -por citar a los más enérgicos- fueran países insignificantes. Tony Blair, apodado por la izquierda laborista "el caniche de los americanos" ha tenido las agallas de afirmar que "el mundo está con nosotros" y citar a Alemania y Japón. Los que conocen a los dirigentes de esos dos países están convencidos de que se han visto obligados a hacer esas tibias declaraciones de solidaridad oficial y que no reflejan sus auténticos sentimientos.Eugeni Primakov, viejo conocedor de la política de Oriente Próximo, ha sido el primero en denunciar al jefe de la Unscom, Richard Butler acusándole de provocar un incidente en Bagdad para dar a los americanos un pretexto para recurrir a la fuerza. Una fuerza que, insistió, no solucionará nada, no acabará con Sadam Husein ni podrá fin a la crisis rampante entre la ONU e Irak. La acción militar unilateral, sin mandato del Consejo de Seguridad, finalizó Primakov, no sólo inflige pérdidas a la población civil iraquí, sino que mina el edificio de las relaciones internacionales, erigido hace 50 años sobre los cimientos de la ONU.
Ha sido el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, el encargado de ir a la Duma a exponer el punto de vista del gobierno. La sesión fue muy agitada porque los diputados, poco acostumbrados a los matices diplomáticos, se dedicaron a insultar a un Clinton particularmente vulnerable por el asunto Monica Lewinski. La violenta resolución adoptada por unanimidad menos un voto preconiza no respetar el embargo contra Irak. Curiosamente fue Vladimir Lukin, ex embajador en Washington y cofundador del partido Yabloko el que la defendió con más insistencia: "Si Estados Unidos viola las resoluciones de la ONU, nosotros podemos salirnos también unilateralmente del régimen de sanciones contra Bagdad". Otros, más soliviantados llegaron incluso a proponer que Rusia entregase a Irak las armas más modernas, pero su propuesta no fue adoptada.
Las resoluciones de la Duma sólo obligan al Gobierno en lo que al presupuesto se refiere. En los otros ámbitos, constituyen simples recomendaciones que el Ejecutivo puede interpretar a su volundad. Esta vez, y para demostrar que no pasa por alto los sentimientos de la Duma y a la vez evitar un enfrentamiento con Estados Unidos, Primakov ha decidido llamar a los embajadores de Rusia en Washington y Londres. Aunque no se trata de una ruptura de relaciones diplomáticas con esos dos países, el gesto es significativo. No hay precedentes en la historia de las relaciones entre el Kremlin y Estados Unidos, y sólo se produjo una vez (en 1971) en las relaciones con Gran Bretaña. Bill Clinton intentó en vano contactar a Boris Yeltsin por medio del "teléfono rojo" y terminó por enviarle un fax cuyo contenido no ha sido revelado.
La crisis ha permitido a los jefes militares rusos hecerse oír. Entrevistados en todas las cadenas de televisión, afirmaban haber seguido de cerca los movimientos de las fuerzas americanas en el Golfo y conocer incluso la trayectoria de cada cohete lanzado sobre Irak. Pusieron sus propias tropas en estado de alerta, lo que según Primakov era una medida habitual, pero desde hacia diez años no se tomaba. Por otra parte, el primer ministro anunció sin tardanza que el presupuesto militar para 1999 representará el 3,5% del PNB del país, casi el doble que el del año en curso (2, 1%) ¿De dónde se va a sacar este dinero suplementario cuando el Gobierno debe presentar la semana que viene en la Duma un presupuesto de "austeridad" muy impopular?
En un reciente discurso pronunciado en Bielgorod, en el "cinturón rojo" de la Rusia europea, Primakov respondió a nueve gobernadores comunistas
que le invitaban a desembarazarse "de las cadenas de los créditos occidentales", que "no podemos prescindir de la ayuda del FMI, la necesitamos como el aire para respirar". Y de hecho, en las previsiones presupuestarias para 1999, cuenta al menos con siete mil millones de dólares de créditos del FMI. El viceprimer ministro encargadado de la economía, Yuri Masliukov, viendo la inquietud de los medios financieros en Moscú les tranquilizó afirmando: "el FMI no está a las órdenes de Estados Unidos y no tiene nada que ver con la guerra contra Irak". El optimismo del "zar de la economía" ruso no es compartido por los ultraliberales, separados del poder desde el mes de septiembre pero conuna gran práctica en negociar con el FMI.
Las advertencias de estos viejos dirigentes contra "un antiamericanismo que puede costar caro" no han encontrado eco. Este fin de semana el alcalde de Moscú, Yuri Luzkov pronunció un violento discurso contra los ataques a Irak durante el congreso de su movimiento La Patria que debía propulsarle a la presidencia de Rusia en el año 2000. Por su parte, Eugeni Primakov, en visita a Nueva Delhi para firmar un acuerdo estratégico ruso-indio "para el siglo XXI", ha hablado diplomáticamente de la necesidad de poner fin a la arrogancia de una superpotencia que le gustaría regir en solitario el mundo golpeando a voluntad a los países más débiles. Primakov hizo alusiones sobre la utilidad de crear el eje Moscú-Dehli-Pekin lo que constituiría la venganza de estos países frente a la arrogancia americana. Finalmente, tras el anuncio hecho por Clinton del fin de los bombardeos su "amigo Boris" (Yeltsin) apareció brevemente en las pantallas de televisión para felicitarse y condenar una vez más su política iraquí "insensata e ilegal".
En este clima de casi unanimidad nacional y de vuelta a la audiencia mundial, los rusos esperan que la resolución de la Duma de salir unilateralmente del régimen de sanciones contra Irak va a tener eco en Europa y en el resto del mundo. Los inspectores de la Unscom, sin Richard Butler evientemente, no tendrían ninguna posibilidad de volver a Bagdad si no se levantara previamente el embargo. El representante de Rusia en el Consejo de Seguridad luchará para ello y no corre el riesgo de quedarse solo.
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