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Irak ha exagerado los daños provocados por las bombas en los edificios civiles

, La propaganda de guerra está llevando al Gobierno de Irak a exagerar los daños que las bombas norteamericanas y británicas produjeron en objetivos civiles, en un intento de descalificar la agresión de Estados Unidos. La maquinaria de información del régimen de Sadam Husein ha anunciado, por ejemplo, la destrucción de algún monumento histórico, el ataque contra hospitales o incluso la pérdida de algún centro importante. Pero muchos de estos estragos únicamente existen sobre el papel, basta con acercarse hasta ellos para darse cuenta que se trata de una falsedad.

El célebre palacio de los Abasidas está, por ejemplo, sano y salvo. Las informaciones oficiosas difundidas tras el tercer día del bombardeo anglo-norteamericano afirmaban de que la hermosa Mustansiriya, una escuela coránica del periodo Abasida, había sido devastada por el impacto de un misil de crucero.La supuesta agresión sufrida por este magno edificio hizo sonrojar a parte de la comunidad internacional, especialmente a los especialistas en arte, quienes recordaron que esta joya del siglo XIII, construida por el 37º califa Al Muntansir Billal, ya fue totalmente destruida siglos antes por los mongoles.

El palacio de los Abasidas, que se levanta a orillas del río Tigris y que empezó a ser reconstruido en 1960 por la Dirección General de Antigüedades, de Irak, tan sólo ha sufrido leves desperfectos. Los daños fueron provocados por el impacto de la onda expansiva y por algunos trozos diminutos de metralla de los misiles que se lanzaron sobre el antiguo Ministerio de Defensa, que era el objetivo, y que se halla a escasos metros.

Visitas de turistas

La contabilidad precisa de los perjuicios ocasionados en este edificio quedan resumidos en dos puertas de madera parcialmente destrozadas, de las que se han recuperado todos los trozos, y que yace aún en el suelo; tres puertas más de vidrio hechas añicos y dos claraboyas del techo derribadas y sobre cuyos restos tiene que caminar el visitante cuando recorre el interior.El resto de la construcción está aparentemente intacto, y sigue recibiendo con toda normalidad la visita de turistas y estudiantes que no cesan de admirar una de las muestras más sobresalientes de la arquitectura abasida de la capital iraquí

Tampoco ha sido destruido el Museo de Historia Natural. Las informaciones difundidas por la prensa internacional y ratificadas por algunos dirigentes iraquíes, apuntaban lo contrario, que este museo, situado en el centro del recinto de la Universidad de Bagdad, había caído bajo el impacto de los certeros misiles norteamericanos.

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El Museo de Historia Natural, construido en 1974 y que está considerado como uno de los escaparates más importantes de las actividades científicas de la universidad de la capital, también se encuentra en pie. El único daño visible es el provocado por un trozo de metralla que, siguiendo una trayectoria limpia de este a oeste, rompió el cristal de una ventana situada en lo alto de una pared y continuó con su recorrido hasta el vidrio de una vitrina, situada a poco menos de 10 metros, para acabar su recorrido a los pies de un chimpancé disecado.

"Puede visitar el museo, siempre y cuando pague antes la entrada", asegura con ironía el responsable del centro a los visitantes mientras les muestra los daños del impacto y les aconseja eludir la zona afectada.

Propaganda de guerra

El ataque al hospital Sadam Husein de Bagdad tampoco existió nunca. El edificio fue, eso sí, sacudido por una fuerte onda expansiva que quebró cerca de 50 cristales, así como las vidrieras de las puertas principales, descolgó del techo algunos paneles de yeso y arrancó de la pared un horroroso retrato del presidente de la República."La propaganda de guerra está llevando a Irak a exagerar algunos daños, corriendo el peligro de desvirtuar los verdaderos perjuicios ocasionados en la población civil o los producidos por más de ocho años de embargo, con la verdad es suficiente para descalificar el ataque", asegura un diplomático.

[Por otra parte, el millonario saudí, Osama Bin Laden, refugiado en Afganistán y al que se acusa de financiar el terrorismo islámico, lanzó ayer un llamamiento a sus organizaciones para que atenten contra intereses norteamericanos y británicos en el mundo, informa Reuters.]

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