Exposición
Fui con un familiar a visitar la exposición de FelipeII en el museo del Prado. Tras una buena espera logramos entrar a las 12.50. Nos indicaron que, como se cerraba a las dos de la tarde, podríamos ver completa la citada exposición.Pero nos llevamos la desagradable sorpresa de que a las 13.45, y cuando nos quedaban aún cuatro salas por ver, colocaron una silla en una puerta dos empleados del museo, hombre y mujer, de muy malos modos, impidiéndonos el paso a todos cuantos nos encontrábamos allí. Nos obligaron a retroceder y salir a la calle por la puerta de Velázquez, ya cerrada, por la que habíamos entrado, en lugar de por la de Murillo, que es por la que finaliza la visita. También nos dijeron, insisto, de muy malos modos, que si queríamos ver lo que nos faltaba volviéramos otro día, claro, pasando de nuevo por taquilla y abonando las 500 pesetas que cuesta la entrada. Nunca me ha ocurrido que me echen de un museo y espero que sea la última vez, pues de lo contrario en la próxima ocasión no me moveré de allí hasta hablar con algún responsable, cosa que el día del incidente incluso nos impidieron hacer.- .
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