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¿Euro duro o blando?

(...) Resulta cada vez más evidente que una Europa fundamentalmente socialista va a tener enormes dificultades para administrar una Unión Económica y Monetaria concebida por Gobiernos moderados. Muchas cosas han cambiado desde que en Maastricht se estableció que el objetivo prioritario del Banco Central Europeo era la estabilidad de los precios y que cualquier iniciativa de crecimiento y empleo debía adecuarse a ese objetivo. (...) Hoy, la prioridad ya no es la lucha contra la inflación, sino contra el paro. (...) El problema es que entre los socialistas tampoco reina la armonía. Mientras Francia y Alemania lanzan un pacto por el trabajo para la creación de un cierto número de puestos de trabajo, Londres (...) se alía con el Gobierno español de centro-derecha para promover la liberalización del mercado de trabajo. (...) El enfrentamiento entre los Gobiernos socialistas y los denominados apóstoles de Maastricht está destinado a agudizarse ante el enfriamiento previsto de la economía europea. Por un lado, esta situación acentuará el problema del paro; (...) por otro, obligará a los guardianes del rigor presupuestario a levantar aún más las barricadas. (...) Para imponer su propia línea, los Gobiernos socialistas deberán superar tres obstáculos: 1) ponerse de acuerdo sobre la terapia por aplicar; (...) 2) neutralizar la resistencia de la Comisión Europea; (...) 3) ganar el pulso con Duisenberg. (...) Moraleja de The Economist: "La adivinanza del día es saber qué tipo de moneda quiere crear Europa".

20 de diciembre

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