Esperando a Popea
¿Qué Monteverdi debe ofrecer hoy un teatro público? ¿El que reconstruya las condiciones sonoras y tímbricas más cercanas a las surgidas en el momento del estreno o el que lo aproxime a una mentalidad y experiencia instrumental actuales? ¿Existe una vocalidad típicamente monteverdiana? ¿Qué instrumentación es la más aconsejable, dada la ambigüedad de las fuentes? ¿Por qué los directores barrocos prefieren en general a cantantes no especializados? El teatro de la Zarzuela ha posibilitado en Madrid una experiencia insólita: discutir durante cinco días sobre los problemas interpretativos de un periodo del que aún hoy hay mucho por descubrir, como preámbulo a unas funciones de La coronación de Popea de Monteverdi. Los debates sobre vocalidad y práctica instrumental de los últimos días se verán continuados a partir de hoy con otros sobre la dramaturgia o la filología, incorporándose a las jornadas Fabio Biondi, Alan Curtis o García Valdés, entre otros.Alberto Zedda está dirigiendo el curso con un admirable espíritu dialogador. Ningún problema le es ajeno. Garrido y Waisman, por ejemplo, han valorado la tradición popular y el swing de los músicos latinoamericanos a la hora de acercarse al barroco. "Hay que reinventar el ritmo perdido", ha afirmado Garrido. Fabbri se ha mostrado preocupado por la pérdida de una tradición declamatoria de la palabra en Italia, mientras Jacobs ha precisado que el empleo de la batuta puede ayudar, y de hecho ayuda, al cantante en el placer de "recitar cantando". "El jefe de orquesta debe tomar muchas veces la responsabilidad de las ornamentaciones", ha dicho. La ilusión de la recreación sonora de un periodo histórico alienta todas las sesiones. Unos y otros se lamentan de la ausencia del sonido de los castrados y reivindican la latinización creciente de la música antigua. Especialmente significativas, en cuanto al estilo, han sido las audiciones de fragmentos de dos grabaciones de los sesenta de La coronación de Popea, dirigidas por Karajan y Maderna. La diferencia con los criterios interpretativos actuales fue evidente.
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