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El Gobierno catalán abre negociaciones con ACESA

El Gobierno catalán se prepara para anunciar un cambio de estrategia radical en materia de peajes que culminaría los pequeños pasos dados desde que, el pasado verano, hizo pública defensa de los mismos. El consejero de Presidencia, Xavier Trias, y el de Política Territorial, Pere Macias, se reunieron ayer en Barcelona con el presidente de ACESA, Isidre Fainé, y el director de la concesionaria, Salvador Alemany. En la reunión se analizó la futura política de ambas instituciones. El Gobierno catalán desearía revisar el modelo general de peajes y lograr un sistema que permita que las tarifas de las autopistas de la Generalitat, hoy mucho más caras que las dependientes del Gobierno central, pudieran rebajar sus peajes. La actitud de ambos es abierta. El nuevo esquema puede hacerse desde el reparto de concesiones actual o contemplando la reprivatización de TABASA (Túnel de Vallvidrera) y, quizás, del Túnel del Cadí, empresas ambas en las que el Gobierno catalán es mayoritario tras un breve paso por manos privadas. El Ejecutivo catalán está satisfecho con la voluntad dialogante registrada en ACESA tras la sustitución de sus máximos dirigentes, pero tiene una cierta preocupación ante el hecho de que la política de la empresa pasa por hacer comprender a los usuarios que las decisiones sobre los precios o sobre la construcción de vías alternativas no son asuntos que dependan de la concesionaria, sino de los dirigentes políticos. Hasta ahora, ACESA había actuado como paraguas de las administraciones, pero si su mensaje cuaja, la protesta puede acabar salpicando a CiU. Uno de los puntos en los que queda en evidencia este asunto fue tratado ayer en una reunión previa mantenida por ACESA con representantes del Ayuntamiento de Mollet del Vallès, encabezados por su alcaldesa, Montserrat Tura. Solución provisional Mollet desea un trato que sea, cuando menos, equiparable al que está a punto de lograr el área de Martorell, Gelida y Sant Sadurní, consistente en una rebaja para los residentes y trabajadores de estas poblaciones. Aunque, en realidad, tanto Mollet como Gelida, ayuntamientos ambos adheridos a Xarxa Viària, contemplan esta solución como provisional antes de que se alcance la gratuidad por la vía del rescate. Montserrat Tura resaltó, tras el encuentro, el cambio de actitud de la concesionaria y su disposición a analizar las razones aducidas por Mollet, así como "unas formas amables" en el trato, que no pueden servir, añadió, para no buscar un solución a corto plazo. En la segunda reunión, la mantenida por Trias, Macias, Fainé y Alemany, los representantes del Gobierno catalán pusieron de relieve la necesidad de trabajar sobre la base de un esquema global para las autopistas de Cataluña, un modelo que permita, de un modo u otro, una unificación de tarifas, aunque pudieran quedar al margen los túneles de alto coste. Todas las partes eran consciente de que el movimiento contra los peajes cuenta con una baza que cada día tiene mayores adeptos, según se demostró en la última reunión de Xarxa Viària: la presión sobre La Caixa, primer accionista de ACESA, y de donde proceden Fainé y Alemany.

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