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BOMBARDEO EN IRAK

Sadam moviliza todos los recursos humanos y militares y declara el estado de alerta

Las bombas volvieron a caer ayer por la noche sobre Irak en vísperas del mes sagrado del Ramadán. El ataque no sorprendió a una población que ha aprendido en los últimos años a vivir con resignación bajo la permanente amenaza de un bombardeo. El presidente Sadam Husein actuó una vez más como comandante en jefe de todas las fuerzas militares, y puso a todo Irak en estado de alerta. La decisión, que comporta la movilización de todos los recursos humanos y militares, se decidió ayer en una reunión del Consejo de Mando de la Revolución y el partido gubernamental Baaz.

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La orden de movilización, que comportó la puesta en pie de todos sus recursos militares y humanos, fue decidida en el transcurso de una reunión del Consejo del Mando de la Revolución y la dirección del partido gubernamental Baaz, convocada a última hora cuando el ataque parecía ya inminente. Esta orden de reclutamiento vino ayer por la tarde precedida de un comunicado soflama, en la que se alertaba a los ciudadanos que "una agresión militar era posible en cualquier momento" y que por tanto el país "bajo la dirección del presidente Sadam Husein hará frente con fuerza y firmeza a la administración americana si ella lleva a término una agresión".Sadam Husein, que se había reunido también ayer por la tarde, con los mandos militares del país, había decidido estructurar Irak en cuatro regiones militares, incluyendo la zona norte del Kurdistán, en un intento de desconcentrar la defensa de su país, colocando cada una de las zonas bajo el control de un hombre de su estrecha confianza, con la misión de "defender los límites geográficos de cada región" y "movilizar todos los recursos humanos y materiales".

El presidente Sadam Husein, colocado estratégicamente en el centro del país, se había reservado desde su fortaleza el control de las fuerzas aéreas, actuando una vez más como comandante en jefe de todas las fuerzas militares, según se desprende del comunicado de gobierno difundido ayer.

En su entorno, formando como un cinturón de hierro, se desplegaron las milicias de los Fedayyines de Sadam una fuerza paramilitar al mando de su hijo mayor, Uday, que fue estructurada en 1994 y que se ha convertido en una verdadera fuerza de choque pretoriana, dispuesta a salvar al líder y al espíritu del régimen. La zona norte militar ha sido asignada al general Ezzat Ibrahimi, comandante adjunto de las fuerzas armadas, el Kurdistán estará bajo el control del general Ali Hassan Al Majdi, miembro del Mando de la Revolución, mientras que la región central del Eufrates será mandada por el ex primer ministro Mohamad Hamza Zubaidi; por último la zona central de Bagdad será patrimonio del ministro de Defensa, Hachem Sultam Ahmed.

El estallido de la crisis de ayer tampoco cogió sorprendidó a la reducida comunidad internacional asentada en Bagdad, que desde hacía meses había pronosticado ya el estallido de una confrontación, aunque sus cálculos eran que el incidente se iba a producir a mediados del mes de febrero, una vez finalizaran las fiestas de la Navidad y del mes sagrado del Ramadán.

Las delegaciones diplomáticas en Bagdad han aprendido a diseñar ya sobre la marcha los planes de evacuación, contando con precariedad de medios y sin ningún tipo de ayuda de las metrópolis.

La colonia española, constituida básicamente por personal adscrito a la embajada, no es una excepción. Los miembros de esta comunidad, que se encuentra concentrada en su mayoría en un barrio residencial de la capital, aseguran que no necesitan ningún plan estratégico para salir del país, sino simplemente cerrar las puertas y meterse todos en un solo coche y conducir sin parar hasta la frontera más cercana.

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