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El gobernador de Puerto Rico no logra integrar a la isla en EEUU

Y ahora ¿qué? Ésa es la pregunta que planeaba ayer sobre Puerto Rico, después de que sus habitantes rechazaran en referéndum incorporarse a Estados Unidos como un Estado más. Es la tercera vez desde que, hace cien años, finalizara la soberanía española en que los puertorriqueños reafirman así su identidad en las urnas. El gobernador, Pedro Rosselló, partidario de la integración, diseñó una papeleta electoral amañada, según la oposición y los analistas y le salió el tiro por la culata.

El Congreso de EEUU ya había aclarado que el resultado del plebiscito no era vinculante. Pero este resultado no se lo esperaban, y ahora empieza un debate sobre cómo interpretarlo. A pesar de algunos pronunciamientos políticos aislados, no parece que para el legislativo estadounidense, enzarzado en el impeachment (destitución) de Bill Clinton, la cuestión puertorriqueña sea de máxima prioridad. Y menos aún cuando en la isla no hay una mayoría clara por el cambio y el grito en la calle es el de "¡Puertorriqueñidad!".A los puertorriqueños les ofrecieron cuatro propuestas de relación con EEUU y eligieron la quinta columna: "Ninguna de las anteriores" (un 50,2%). La anexión a EEUU fue respaldada por un 46,5%. El resto votó por la independencia. Acudió a las urnas el 71% de los 2,2 millones de ciudadanos registrados.

Aclarar la elección

La Casa Blanca emitió un comunicado tras conocerse el escrutinio final diciendo que el presidente Clinton "trabajará con miembros del Congreso y el pueblo de Puerto Rico para ayudar a los puertorriqueños a que puedan aclarar su elección de entre las distintas opciones". La Administración de EEUU ya había dicho que no consideraba la quinta columna como una opción política. Pero ahora nadie puede ignorar el peso político real de 784.000 votos por "ninguna de las anteriores".Estos votos han venido a decir que, pese a no poder votar al presidente de EEUU y a no tener representación en el Congreso, los puertorriqueños no están del todo mal con su actual estatuto de ciudadanía a medias, que les permite instalarse en cualquier punto de EEUU, y a través del cual reciben 10.000 millones de dólares al año en ayudas federales sin tener que pagar más impuestos que los locales. También ha sido un voto de castigo para el gobernador Rosselló y su imposición de un nuevo referéndum después de que la estadidad (integración) fuera derrotada en 1967 y en 1993.Sin embargo, no es exactamente un voto a favor de la actual relación con EEUU, que incluso la oposición cree que es mejorable. Se trata, en resumen, del rechazo de un posible camino irreversible hacia la anexión total.

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