El fin, a veces, justifica los medios
En esta sociedad ya todo es espectáculo, y la solidaridad de los europeos ricos con los tercermundistas pobres no es una excepción. Tal como están las cosas, ya no se trata de adoptar actitudes apocalípticas ni de ver filisteos por todas partes, sino de distinguir entre los espectáculos dignos y los obscenos. Afortunadamente para el espectador, el festival de ayer noche en TVE-1 fue de los primeros. Aunque la cosa empezó dando un poco de miedo, no tardó en arreglarse con la presencia de Miguel Bosé, que como maestro de ceremonias cada día está mejor. Él fue el encargado de presentar las actuaciones musicales y los premios a las ONG del año, asunto éste que huele un poco a frivolidad, pero al que los miembros del jurado (gente como Emma Bonino, Mayor Zaragoza o Rigoberta Menchú) otorgan seriedad.Por lo que respecta a la música, era lo de menos, prácticamente un entretenimiento entre premio y premio, entre reportaje aterrador y reportaje aterrador.
A diferencia de otras ocasiones, TVE echó el resto en la retransmisión y hubo todo tipo de movimientos de cámara y de agilidad en la realización. En resumen: dado que es inevitable convertir la solidaridad en espectáculo, por lo menos las cosas se hicieron bastante bien. Y todo parecía indicar que se estaban cumpliendo los objetivos de la noche: Bosé, hablando de centralitas colapsadas por gente que quería saber dónde podía ingresar su dinero solidario, daba la razón al organizador del evento, Paco Lobatón. En este sentido, recaudar dinero para una buena causa teniendo como música de fondo a Laura Pausini demuestra que el fin, a veces, justifica los medios.
Babelia
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