Los problemas del sueño y el aparcamiento
Los residentes en la zona, el Ayuntamiento, los comerciantes y la Universidad, todos están de acuerdo al señalar el principal problema de las 92 hectáreas complutenses declaradas Patrimonio de la Humanidad: el tráfico y la escasez de aparcamientos. Hay unanimidad sobre la necesidad de convertir en zonas de uso exclusivo para peatones las tres principales plazas de Alcalá: Cervantes, San Diego y Los Santos Niños. Para aumentar su disfrute y para preservar sus monumentos. Pero el consenso es el mismo a la hora de exigir que antes se construyan aparcamientos en la periferia de éstas y se den soluciones a los residentes.El Ayuntamiento sacará a concurso en las próximas semanas la redacción de un proyecto de mejora del Plan Especial del Casco (PEC) que busca precisamente eso, el diseño de la relación entre el coche y la ciudad antigua.
La asociación de vecinos de la zona señala otro problema, la proliferación de bares. "Hay más de sesenta y la morfología del casco multiplica sus molestias: las casas son bajas y la gente duerme más cerca del ruido que en un bloque y las calles estrechas lo amplifican", afirma su presidenta, Dolores Palenzuela. El alcalde, Bartolomé González (PP), responde: "Aplicaremos con mano dura la normativa, pero sin olvidar que los hosteleros dan vida al casco".
Otra cuestión por resolver es la rehabilitación de las viviendas particulares que forman parte de este entorno. La Universidad, el Obispado y las administraciones local y regional se han ocupado de la restauración de los grandes inmuebles.
Casas en mal estado
Pero de las 400 casas catalogadas en el PEC, aún quedan más de 150 en mal estado, según el arquitecto municipal, Cristóbal Vallhonrat. El consorcio que gestionará el futuro del casco se ocupará de ello, dando ayuda económica y técnica a los particulares. "Será en una segunda fase", dice el alcalde.A otros, lo que les preocupa estos días es que las normas de rehabilitación o las que afecten a fachadas y rótulos comerciales se endurezcan demasiado tras la declaración hecha por la Unesco. Los redactores del plan de mejora tendrán mucho que decir al respecto.
También habrán de resolver cómo se recoge la basura. En las zonas monumentales no hay contenedores, y las bolsas depositadas en las aceras afean mucho las calles.
Otro problema: en los años setenta se construyeron junto a conventos o colegios del XVII, bloques de pisos de varias alturas. El PEC contempla su demolición. Será en un futuro aún lejano, pero será. La decisión está tomada.
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