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Mueren dos mujeres y otras dos sufren heridas al derrumbarse una casa en L"Arboç

Todos los vecinos, menos los técnicos municipales, intuían desde hacía años que la casa se iba a venir abajo en cualquier momento. Y ayer, tres días después de que una máquina excavadora perforase el solar contiguo, una céntrica vivienda de tres plantas del municipio de L"Arboç (Baix Penedès) se derrumbó en unos segundos y sepultó bajo los escombros a cuatro mujeres. Dos de ellas fallecieron y las otras dos sufrieron heridas leves. El Ayuntamiento ha abierto una investigación para averiguar las causas del derrumbe del edificio, que carecía de cimientos.

Eran las 10.30 de la mañana cuando la casa del número 2 de la calle Major de L"Arboç se convirtió en un amasijo de vigas, ladrillos y enseres personales. Momentos antes, en el solar colindante una máquina excavadora y un peón de obra preparaban los cimientos para instalar una grúa con la que construir un edificio. Hacía más de cinco años que el terreno permanecía vacío, pues el Ayuntamiento había ordenado demoler una vivienda que se encontraba en estado de ruina. A pesar de ello, los técnicos no ordenaron apuntalar el edificio contiguo porque, a su juicio, se encontraba en perfecto estado de conservación. Pero ayer, después de que las paredes medianeras quedaran desnudas, el alcalde de L"Arboç, el convergente Joan Català, no dudó en declarar: "Por lo que he visto, el edificio era lo suficientemente débil para que con una vibración sucediera esto". Català, además de alcalde, es constructor. En el momento del suceso, en el segundo piso se encontraban Ana Rodríguez, de 60 años; su hija Ana Rico, de 42, y una amiga de la familia, Flor Salgueiro, de 47. En la primera planta vivía Carmen Escudero, de 72 años. Todas ellas quedaron atrapadas bajo los escombros. Los bomberos de la Generalitat pudieron rescatar con vida, al cabo de media hora, a Ana Rodríguez y Flor Salgueiro. Ambas resultaron heridas leves y fueron trasladadas al hospital Santa Tecla de Tarragona, donde permanecen en estado de observación. Según el parte médico facilitado por el hospital, Rodríguez tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y Salgueiro tan sólo sufrió un shock. Sobre las 14.30 los bomberos rescataron el cadáver de Ana Rico, sepultado por al menos un metro y medio de escombros. Con anterioridad, una grúa tuvo que demoler la fachada de la vivienda, que aún permanecía en pie, pues amenazaba con venirse abajo, y la Guardia Civil tuvo que desalojar todas las viviendas colindantes. El cuerpo de Carmen Escudero no fue localizado hasta las 19.35 horas. El alcalde ordenó ayer la apertura de una investigación para averiguar con exactitud las causas del siniestro. Precisó que la empresa constructora del nuevo edificio contaba con todos los permisos municipales y que la máquina excavadora que estaba en el solar contiguo tan sólo realizaba trabajos de cimentación para colocar una grúa. Joan Catalá confirmó que ningún vecino del edificio se había personado en el Ayuntamiento para denunciar alguna irregularidad en la vivienda. El aparejador añadió que la causa del suceso fue que la vivienda carecía de cimientos. A pesar de ello, todos los amigos de las víctimas, incluso José Manuel Rico, hermano de una de las fallecidas, aseguraron ayer que ya intuían desde hacía años que la casa se derrumbaría. "Claro que pudo haberse evitado", señaló Rico, "lo habíamos comentado con mi madre muchas veces, incluso ayer mismo lo dijimos. Nos temíamos lo peor, sobre todo desde que empezaron a hacer los cimientos de la obra. Ella tenía mucho miedo, decía que todo se movía y que un día se vendría abajo".

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