Madrid apoya el cambio británico sobre la defensa común europea
España dispensó ayer una enfática bienvenida a los nuevos planteamientos británicos sobre la Defensa común. El primer ministro británico, Tony Blair, anunció en la cumbre de Pörtschach que el Reino Unido se manifestaba abierto a todas las posibles alternativas para una Defensa común, incluida la posible absorción de la Unión Europea Occidental (UEO) por la Unión Europea (UE). Algo condicionado a que los Quince se tomen en serio sus obligaciones militares y asuman un enfoque pragmático con el que reorientar y coordinar mejor las inversiones de sus industrias de armamento. La semana pasada pactó con Francia un documento de siete puntos que desarrolla esas ideas.El ministro español de Exteriores, Abel Matutes, mostró una "gran satisfacción" por el cambio de postura de Londres, que bajo mandato conservador se negaba frontalmente a flexibilizar su postura. Matutes entendió que el viraje supone que "el Reino Unido acepta finalmente las tesis" de Francia, España e Italia. Estos países propusieron -sin éxito, por culpa del veto británico-, que el Tratado de Amsterdam recogiese la integración de la UEO en la UE.
Para Matutes, la mejor vía de resolver el litigio es disolver la UEO y que sus miembros pertenecientes a la UE mantengan el lazo defensivo como una "cooperación reforzada" dentro de la Unión, y en cooperación con la OTAN. Entonces, los neutrales deberían optar a integrarse en ese círculo reforzado, o rechazarlo. Y Turquía perdería otro de sus vínculos con los Quince. Ayuda a Rusia Los Quince acordaron ayer que la ayuda de urgencia concedida a Rusia quede sometida a estrictos controles sobre su correcta aplicación. El paquete de ayuda, que asciende a 400 millones de ecus (casi 70.000 millones de pesetas) en ayuda alimentaria y a otros cien (unos 17.000 millones de pesetas) para posibilitar su transporte, fue aprobado recientemente en el Consejo de Agricultura. Este montante financiará el envío de 100.000 toneladas de carne porcina, 150.000 de vacuno y un millón de toneladas de trigo, entre otras partidas.
Moscú pidió esta ayuda dados los problemas de la cosecha de grano y las dificultades climáticas, que redundan en el escaso aprovisionamiento de 32 millones de ciudadanos, sobre todo en las regiones del Norte y Este del país.
El paquete queda condicionado a que Rusia cree un fondo de contrapartida para proteger a los sectores sociales más débiles, a través de la venta del material alimentario a precios de mercado.
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