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Reportaje:CONSUMO

Cómo ganar la guerra del teléfono

La liberalización de las comunicaciones ha abaratado las tarifas, pero sólo para quien sabe usarlas

Gabriela Cañas

Las organizaciones de consumidores han recibido con alborozo la competencia telefónica. No es para menos, una llamada de dos minutos a Bruselas en hora punta cuesta con Telefónica 160,08 pesetas. Con Retevisión asciende a 143,80 y con UNI2 el precio baja hasta las 116 (véase el cuadro reproducido en la página siguiente). Contar con las nuevas opciones no cuesta dinero en esta etapa inicial de promoción. Basta con apuntarse a las nuevas operadoras para poder llamar desde el mismo teléfono de casa.

Si uno es conservador y .prefiere aguardar acontecimientos quedándose con su compañía de siempre, aún puede ahorrarse algo de dinero: la misma llamada, con el Plan Hello de Telefónica cuesta 144,07, si bien estas ofertas del antiguo monopolio adolecen de dos inconvenientes: sólo se pueden aplicar a una serie de números de destino preseleccionados por el cliente —casi siempre 10— y sus tarifas varían tanto de unos tramos a otros del día que constituyen un laberinto para el consumidor. Como afirma el último análisis de la Unión de Consumidores de España (UCE), de los llamados planes claros de Telefónica "queda constatada, precisamente, su falta de claridad".

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Quién está detrás

UNI2, que empezó a operar el martes pasado aunque sólo en grandes ciudades, ha irrumpido con buenos precios y con una novedad: conectarse, lo que oficialmente se llama establecimiento de llamada, no cuesta un duro. Este asunto es, por ejemplo, el que vuelve locos a los internautas que por cada intento fallido deben pagar ese peaje que tanto Telefónica como Retevisión tienen establecido en 17,20 pesetas (IVA incluido).

La novedad hace especialmente atractivas las llamadas cortas a través de UNI2. La buena noticia es que, según UNI2, no se trata de una oferta de lanzamiento, sino permanente, lo que alienta la esperanza de que los demás acaben imitándole.

Así ha ocurrido en otras ocasiones. La telefonía móvil se abarató un 38% con la llegada de Airtel y la fija de Telefónica adoptó la tarificación por segundos, desechando el injusto sistema de pasos, cuando aterrizó Retevisión.

Porque allí donde hay competencia hay rebajas. Donde no hay, se encarece el servicio. Telefónica ha subido este año la tarifa del servicio que aún explota en monopolio: las llamadas locales. Esto es así porque las nuevas operadoras de telefonía fija no disponen todavía de red propia y la ley no le obliga a Telefónica a prestarla como de hecho hace ahora para el resto de las llamadas con precios de interconexión que también quiere subir.

Pese a estos malos augurios, el teléfono es ya hoy en día más barato que hace un año. Y la vuelta atrás, el encarecimiento de los precios, no es previsible. Hay otras compañías esperando obtener licencia para explotar la telefonía fija y las que ya funcionan tienden calladamente su red, de manera que a mediados del próximo año, bien directamente o a través de empresas de cable o similares, llamarán a su puerta y le propondrán cambiarse a su red.

Entonces empezará realmente la libre competencia. El usuario podrá optar por la compañía que mejores precios y servicio le ofrezca y con todas las opciones: desde llamadas metropolitanas a conferencias internacionales.

De todos modos, desde la compañía que el cliente elija, siempre disfrutará de la opción de hacer una determinada llamada con la competencia igual que ahora: uno descuelga el teléfono que tiene conectado a la red de Telefónica y, sin embargo, llama a través de otro operador marcando previamente un prefijo. El problema de cambiarse de operador es que quizá deba renunciar a su actual número de teléfono. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) está in tentado ahora forzar acuerdos para evitarlo.

En ese no muy lejano futuro, el que aporree su puerta ofreciendo los servicios de otra compañía seguramente querrá venderle un paquete en el que se incluya, además del servicio telefónico, televisión por cable y servidor de Internet, entre otras cosas.

Y en un futuro tampoco muy lejano, las compañías le ofrecerán también la posibilidad de que su móvil y su fijo estén interconectados. Así, su portátil se convertirá en una terminal de su teléfono fijo y las tarifas dependerán de si lo usa usted en casa o lejos de ella.

Ventajas no económicas

Para entonces es casi seguro que llamar a través del móvil sea más barato. Retevisión ya ha anunciado que para enero próximo empezará a ofrecer telefonía móvil con tarifas un 30% más bajas que las que aplican Airtel y MoviStar —MoviLine, que opera con sistema analógico, terminará por desaparecer en el 2007—.

Es previsible que Airtel y MoviStar revisen entonces sus precios. Aunque la expansión de la telefonía móvil demuestra que a menudo la gente valora otras ventajas que no son monetarias, como la comodidad de poder conectarse desde casi cualquier lugar.

Ahora, llamar con un móvil es un lujo del que disfrutan casi siete millones de españoles y apenas hay diferencias entre las dos compañías que explotan el sistema y que sólo tendrá un tercer competidor (Retevisión), dada la limitación de frecuencias.

En la telefonía fija sí hay grandes diferencias y conviene estudiarlas. El análisis antes mencionado de la UCE concluía hace un mes que "en casi el 77% de los 385 supuestos planteados, Retevisión oferta la tarifa más barata" que Telefónica. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha divulgado un análisis con 16 de llamadas. En ninguna compensaban las tarifas de Telefónica. En ocho compensaba usar UNI2 y en cuatro, Retevisión. En las otras cuatro dependía de la duración de la conversación.

La llegada de UNI2 movió a Retevisión a lanzar desde el pasado martes su Promoción 3, 2, 1, que ya está incorporada al cuadro que aquí reproducimos. Telefónica se ha apresurado a aplicar tarifas reducidas a partir de las 20.00, lo que antes sólo hacía desde las 22.00.

Si no quiere pagar más de lo debido hay que estar atento a la carrera y subirse al carro de la cultura de la competencia.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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