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JOSÉ LUIS TOLOSA CATEDRÁTICO DE PINTURA DE LA UPV

"Los vascos tenemos que salir de estas cuatro montañas"

"Dar clase es lo que me permite pintar luego lo que me apetece". José Luis Tolosa (Bilbao, 1934), pintor y catedrático de Pintura en la Universidad del País Vasco, cree que no ha tenido que renunciar a nada en la vida, ya que sus dos facetas, la de la enseñanza y la artística, son "vasos comunicantes" y ambas se enriquecen continuamente. Tolosa, quien fue decano de la Facultad de Bellas Artes de la UPV y uno de los impulsores de los intercambios europeos Erasmus en la universidad, fue elegido recientemente miembro del Consejo de Administración de la Escuela de Arte de París, la más antigua de Europa y una de las más prestigiosas. El catedrático de la UPV se convierte así en el primer miembro no francés de dicho consejo, cuya primera reunión se celebró la semana pasada en París. Pregunta. ¿En qué ha consistido el primer consejo en la Escuela de Arte de París? Respuesta. Fundamentalmente se ha presentado la renovación de los miembros del Consejo, entre los cuales me incluyo ahora. El resto son, sobre todo, cuestiones económicas. El Consejo lo componen miembros del Ministerio de Cultura, a quien pertenece la escuela, de Patrimonio, de quien depende el edificio, y lo que ellos llaman "personal cualificado", que son los miembros que se han renovado ahora. P. ¿Qué es una cátedra de pintura? ¿Se puede enseñar a pintar? R. Yo creo que todo en la vida se aprende. Ese mito de que el arte no se puede enseñar no es cierto. En cualquier materia, sea científica o artística, hay un patrimonio de conocimientos, que sirven de base para que un individuo, si los conoce, se evite una parte del trayecto. P. ¿Hay muchos alumnos en Pintura? R. Son algo más de 80. Demasiados. No se puede dar clase en esas condiciones de masificación, y menos de pintura. El límite estaría en 30 alumnos por aula. P. ¿Resolver la masificación es la asignatura pendiente de la universidad? R. La asignatura pendiente de la universidad es crear una estructura en los planes de estudio para que sean viables y asumibles por todos, cosa que no está clara ahora. P. Al ser la pintura una actividad vocacional se supone que resulta más sencillo interesar al alumno en la clase. R. Hay alumnos que están tan metidos en su egocentrismo que es imposible enseñarles. Algunos piensan que al aprender de otros pueden perder su originalidad. Y la originalidad es algo que hay que perder cada mañana para encontrarla por las noches. P. La enseñanza le quitará tiempo para pintar. R. La labor de profesor es complementaria a la labor de artista. Actualmente, casi todos los artistas son docentes universitarios. Eso te permite también ser más libre a la hora de pintar lo que quieres, porque no dependes del mercado. El mito del artista libre es mentira. O al menos sólo es cierto en casos como Picasso. P. Entonces, ¿fue consciente su elección de dedicarse a la enseñanza? R. Sí, completamente. Cuando me di cuenta de que en las galerías, excepto en las más grandes, el artista es quien tiene que hacerse su marketing, tuve las cosas clarísimas. P. Desde que forma parte de la UPV ¿ha pintado menos? R. Las energías de un ser humano son limitadas y si te dedicas a varias cosas te centras menos en una de ellas. Pero, por otro lado, yo creo que lo que uno hace es producto de cómo construye su propia identidad. El haber ocupado puestos en la universidad y el haber enseñado pintura creo que a mí también me ha construido. Habré pintado menos cuadros, pero la universidad me ha permitido esta libertad para crear y el seguirme haciendo preguntas en una evolución permanente. La pintura es el lugar donde yo trato de encontrar respuestas no verbales a ciertas preguntas que son esenciales, sobre nuestro propio destino. P. ¿Porqué su extremo interés en las becas Erasmus? R. Cuando yo estudiaba, aquí no había nada y tuve que salir fuera. Entonces me di cuenta de que vivimos aquí encerrados. Los vascos tenemos una tendencia a encerrarnos en nosotros mismos. Había que sacar a la gente fuera de estas cuatro montañas. Al desaparecer las fronteras con la Unión Europea, las escuelas más cercanas que tiene Euskadi son Burdeos y Toulouse. Y ya que la UE facilitaba estos intercambios, había que ir a tope, que nuestro alumno tenga la posibilidad de contrastar lo que aquí pasa. La parte artística sin contexto no es nada. Es fundamental abrir la mente a otras culturas, te hace ser más modesto. Lo peor para un artista y para cualquier ser humano, es quedarse encerrado, ensimismado en uno mismo. Lo que nos construye es la relación con los demás. P. ¿Ha constatado si sus alumnos han sacado provecho a la experiencia Erasmus? R. Para todo el mundo es positiva, pero algunos le sacan más provecho. Yo he tenido alumnos extranjeros que han venido a Bilbao más bien como turistas. P. ¿Cómo está el País Vasco en cuestión artística? R. Aquí el pastel es muy pequeño para tantos que quieren repartírselo. P. ¿Es fundamental tener buenas relaciones sociales para una carrera artística ascendente? R. ¿Tú que crees? Hoy todo se compra y se vende. Y el arte, por su función estética, es fácilmente manipulable en el mercado.

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