El presidente de los Once será la voz exterior de los países euro

Francia evitó ayer que el euro nazca afónico de puertas afuera. Los Once llegaron a un acuerdo político para que el presidente del Euro-11 sea, con matices, la voz exterior de la moneda europea. En síntesis, el acuerdo consagra que la representación del euro la ostentarán el presidente del Euro-11 -con la asistencia técnica de la Comisión Europea- y el presidente del Banco Central Europeo.La asistencia a las reuniones de finanzas del Grupo de los Siete (G-7), el principal obstáculo que quedaba por despejar, se ha resuelto al admitir Francia que la Comisión Europea juegue un papel -aunque muy secundario y sin rango político- y que el representante del euro sea el presidente del consejo informal con la tutela de uno de los tres países del euro que tienen silla en el G-7 (Alemania, Francia e Italia), que rotarán en turnos anuales ejerciendo esa asistencia. El acuerdo deben aceptarlo los otros socios: EEUU, Canadá, Japón y Reino Unido.

Ridículo evitado

El acuerdo no ejerce ninguna influencia en la divisa europea, ni la fortalece ni la debilita, pero tiene la virtud de evitar el ridículo internacional de que el euro naciera con una primera querella interna entre sus integrantes. El compromiso de ayer, que algunas delegaciones no esperaban hasta la víspera del Consejo Europeo de Viena del 11 y 12 de diciembre, se produce en coincidencia con la primera cumbre franco-alemana y poco después de que Jacques Delors animara a la Comisión Europea a acudir al Tribunal de Justicia de Luxemburgo si no se reconocía su derecho a formar parte de la voz del euro.El Gobierno socialista francés, hijo espiritual de Delors, ha acabado aceptando a la Comisión Europea, aunque sea con lo que un portavoz de Bruselas definió ayer como "con el papel secundario que le corresponde".

El acuerdo de ayer significa que en el primer semestre del ejercicio 1999 el ministro alemán de Finanzas, Oskar Lafontaine, será la voz exterior del euro.

En el segundo semestre ese papel lo ejercerá su colega finlandés con el apoyo de Alemania. En el año 2000 la tutela la ejercerá Francia, que será además presidente de turno en el segundo semestre. En el primero será Portugal.