Una casa de subastas venderá cartas desconocidas de Verdaguer, Gaudí, Guimerà y Prat de la Riba
Cuatro cartas de Jacint Verdaguer, a 250.000 pesetas. Dos de Prat de la Riba, a 50.000. Una de Guimerà, a 25.000. Cuatro recibos de Gaudí, a 200.000. Todos los documentos autógrafos tienen una cosa en común: fueron dirigidos a Eusebi Güell i Bacigalupi (1846-1918), primer conde de Güell. Seis lotes de correspondencia recibida por una de las figuras más destacadas de la Cataluña de finales del siglo XIX y principios del XX saldrán a la venta el próximo día 10 de diciembre en la Casa de Subhastes de Barcelona. En total, unos 50.000 manuscritos firmados.
Una parte de la historia política, cultural, literaria, periodística, religiosa y artística de Cataluña, hasta ahora confidencial, podría ser divulgada si las cartas son adquiridas por los archivos públicos. Las misivas de Verdaguer tienen valor literario. Están escritas por un poeta. Verdaguer habla del poema Canigó, cuyos últimos versos redacta, en octubre de 1885, bajo la palmera del jardín del palacio de los marqueses de Comillas en La Rambla de Barcelona -hoy Palau Moja; palacio que, para el poeta, es la Casa López, apellido del marqués cuya hija, Isabel, se ha casado con Eusebi Güell- o, de noche, en el comedor, bajo la luz de gas y de las estrellas. Se presenta como "poeta anyoradís y solitari", amante de hablar con pastores y payeses, "que ab los roures y alsinas del bosch, son me mestres" y le manifiesta al conde que desde el Bac de Pruït se siente feliz, porque ve el Canigó y está rodeado de ermitas "y de bona y santa y antiga y catalana gent". La muerte de un canario, a causa del cólera, que el conde le regaló a su sobrina, motiva una de las más bellas cartas. El mecenazgo del constructor del parque, palacio y colonia Güell no se limitó a Antoni Gaudí. Personalidades relevantes de todos los sectores sociales les piden su ayuda. Àngel Guimerà lo hace, el año 1892, para salvar el diario que dirige, La renaixença. Para convencerlo, le recuerda que su desaparición entristecería a los catalanistas y alegraría a "nostres encarnisats enemichs". Ocho años después, Enric Prat de la Riba, en una de las dos cartas puestas a la venta, le invita a formar parte del consejo económico del diario La Veu de Catalunya. Eusebi Güell participó activamente en el movimiento catalanista. Presidió la comisión que entregó a Alfonso XII el Memorial de Greuges. De ello hablan las dos cartas de Narcís Verdaguer i Callís, que constituyen otro de los lotes que testimonian los estrechos lazos del mecenas con los políticos catalanistas. Los cuatro autógrafos de Gaudí, fechados en 1901, son recibos que el arquitecto envía a la familia Güell por los trabajos de carpintería y albañilería realizados en el parque Güell y en una casa de Isabel Güell, marquesa de Castelldosrius, en la calle de Mendizábal, hoy calle de la Junta de Comerç. Una muestra del control del arquitecto sobre trabajos aparentemente menores, como la construcción de "lavabos, banys, water-closets, etcétera". Un total de 36 cartas de diferentes corresponsales conforma un solo lote, a un precio de salida de 200.000 pesetas. Carta de agradecimiento por el ganador, Bonaventura Bassegoda, de un premio literario dotado por el conde, el del Ateneu de Sants, y peticiones de trabajo o de ayuda económica. La muestra de agradecimiento más singular es un largo poema manuscrito de Pere Calvet Caballé, que canta los méritos del gran señor, conde de Güell, y gran fabricante, sin olvidarse de su esposa, Doña Isabel, "espill de santedat". En las cartas está parte de la historia del primer conde de Güell, que saldrá a la luz, durante unas horas, la tarde del día 10 de diciembre, y que puede volver a la oscuridad y a la dispersión según quien compre las misivas.
