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HISTÓRICA DECISIÓN JUDICIAL

Isabel Allende: "La justicia puede tardar 25 años, pero al final llega"

Ramón Lobo

"Hoy es un día histórico. Un triunfo de la justicia y de los derechos humanos. Han sido 25 años muy duros, llenos de humillaciones, de desprecios, de frases injuriosas. Al final, lo que quiere decir esta sentencia es que la justicia puede tardar, pero llega." Quien habla así es diputada del Partido Socialista de Chile, socióloga de profesión, de 53 años. No es una persona cualquiera, es Isabel Allende, hija del presidente constitucional derrocado por Pinochet en 1973.

Viste traje de chaqueta, tiene el pelo suelto y unos ojos negros muy vivos y hermosos. Parece feliz. "Hoy he pensado mucho en mi papá", admite. "He recordado algunas de sus últimas palabras en La Moneda... cuando hablaba del castigo moral a la traición y a la felonía... Este es un gran día para todos nosotros, para las familias de los desaparecidos que tanto han padecido. Han pasado 25 años en los que no hubo una sola palabra de arrepentimiento por parte de Pinochet... Esta sentencia es, ante todo, un mensaje de esperanza: la justicia llega, tarde, pero llega. Esta es una sentencia que habla de principios".Isabel Allende, que concedió esta entrevista en la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, sostiene que una eventual extradición de Pinochet a España no pone en peligro la transición chilena. "Estoy absolutamente convencida de ello... Al contrario, todas las democracias se fortalecen cuando están basadas en principios sólidos como son la verdad y la justicia. ¿Cómo puede debilitarse una democracia cuando se demuestra que nadie está por encima de la ley? Esto es absurdo."

Isabel Allende también considera que este proceso legal contra el ex dictador no pone en peligro las relaciones entre Chile y España "que se basan en vínculos muy sólidos y profundos". Pero acusa a la derecha pinochetista de haber creado un clima de enfrentamiento y crispación. "Ese tipo de acciones, como la quema de banderas o los llamados al boicoteo, son amenazantes e inaceptables; demuestran una dosis de desquiciamiento que puede ser el cultivo de alguna reacción individual" extemporánea. Allende asegura que los ciudadanos españoles residentes en Chile deben estar tranquilos, pues el Gobierno ya ha adoptado las medidas necesarias para su protección personal.

La parlamentaria chilena rechaza que esta sentencia o un eventual juicio a Pinochet en España pueda ser considerado un ataque frontal a la soberanía chilena. "Ese es el discurso patriotero de la derecha que ha asociado la soberanía con Pinochet... Yo no siento hoy mi soberanía afectada, lo que sí me produce una profunda indignación personal es saber que el exterminio fue una política de Estado en mi país".

Isabel Allende sostiene que la decisión adoptada por los lores británicos "va más allá del caso Pinochet", que es, en realidad, "un mensaje a todos los dictadores del mundo y a los que puedan serlo en el futuro... Los crímenes contra la humanidad son delitos que nos afectan a todos como ciudadanos del mundo". Allende asegura que si este principio hubiera estado asentado hace 25 años, cuando el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, "se habrían evitado tal vez muchos muertos".

Isabel Allende espera que Pinochet pueda ser juzgado. "No es una cuestión de venganza, no; es sólo una cuestión de principios, de que se haga justicia. Yo hubiera preferido que se le juzgara en Chile, pero ahí no es posible, existe una ley de amnistía dictada por la dictadura y unos jueces militares que lo impiden... Esta es una excelente oportunidad para esa derecha, que tanto ha declarado estos días que el general podía ser juzgado en Chile, lo demuestre permitiendo la reforma de la actual Constitución".

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Allende no cree que este caso ponga en peligro la estabilidad del Gobierno de la Concertación. "Tenemos diferencias entre nosotros, eso está claro, pero nosotros hemos preferido destacar las diferencias que nos separan con los partidarios del ex dictador".

La hija de Allende sostiene que estas últimas semanas han servido para poner a la sociedad chilena delante del espejo. "Ahora somos más sinceros con nosotros mismos, ya no se habla de excesos, sino de asesinatos. Ya no se habla de Gobierno militar, sino de dictadura. Es algo esencial, aprender a reconocer lo que pasó; es el único camino hacia la reconciliación".

Allende no cree que si Pinochet regresara a Chile, expulsado por el Gobierno británico por razones humanitarias, pueda decirse que su figura sale indemne. "Llegaría humillado por sus propias decisiones y por sus errores".

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