Las administraciones rompen la tendencia al déficit y logran su primer superávit en siete años

Las administraciones vascas consiguieron en la liquidación de los presupuestos de 1996 ingresar más de lo que gastaron. Por primera vez desde 1988, hubo un superávit de financiación, es decir, que los ingresos procedentes de la recaudación de impuestos fueron suficientes para cubrir los gastos corrientes (pago de salarios y de funcionamiento) y las inversiones. No hizo falta pedir dinero a los bancos y endeudarse. La contención del gasto corriente (3,1% más) y la buena evolución del ingreso corriente (10,3% más) motivaron el crecimiento del ahorro en un 52,1%.

Así, los ingresos superaron a los gastos en 39.000 millones de pesetas, según el estudio realizado por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Casi todos los ámbitos del sector público autónomo -integrado por el Gobierno, las tres diputaciones forales, los ayuntamientos y los organismos autónomos y la entidades supramunicipales- han colaborado en esta evolución positiva. Tan sólo el Gobierno cerró el ejercicio con un ligero déficit de 432 millones de pesetas. El jefe del Servicio de Estadística Económica del Eustat, Jou Iradi, resaltó la novedad que supone la generación de un superávit por parte de las administraciones. "Se ha roto una tendencia y es algo anormal dentro de las administraciones públicas, que normalmente suelen tener déficit". El superávit es debido a la fuerte recuperación del ahorro bruto. El ahorro es la diferencia entre lo que las administraciones ingresan por la recaudación corriente y lo que dedican a pagar a los funcionarios, a los gastos para que todo el entramado funcione con normalidad (luz, materiales) y a las inversiones. La recaudación de los impuestos directos, indirectos, de las tasas y transferencias corrientes, los ingresos de capital (la venta de bienes inmuebles) y los ingresos financieros (rendimiento de las cuentas) consolidaron la buena salud económicas de las administraciones en 1996. Todas las instituciones han superado la tasa media de ahorro bruto, excepto los ayuntamientos y la Diputación de Álava, que hallándose en una situación financiera más saneada, sólo aumentan el ahorro en un 8% en relación a 1995. El informe del Eustat revela un aspecto negativo dentro de la buena evolución de la liquidación de 1996: las inversiones reales caen en tasas nominales por tercer año consecutivo. Eso significa, que en pesetas de 1996 se ha invertido menos que el año anterior: un 9,2%. Las administraciones invierten de dos maneras. Construyen las carreteras o los edificios directamente o, bien, realizan una transferencia de capital para que una sociedad invierta en un proyecto concreto, como el Museo Guggenheim. El endeudamiento vivo (el dinero que se debe a los bancos) a finales de 1996 era de 650.000 millones de pesetas, con un crecimiento del 4,8% respecto al año anterior. Del total de esta deuda, la mitad corresponde al Gobierno vasco, un 20% a los ayuntamientos y el 30% restante, a las diputaciones forales. Mientras, la relación de la deuda con el Producto Interior Bruto se mantiene estable durante el periodo 1994-1996 en torno al 13,5%. Se aprecia una tendencia a una ligera disminución. Este hecho junto al superávit logrado en 1996 corroboran, según el Eustat, el esfuerzo de las administraciones públicas vascas por reducir el endeudamiento y el déficit anual. La previsión de los Presupuestos del Gobierno vasco para 1998 es alcanzar el déficit cero. Cuando llegue el momento de la liquidación, que es el verdadero reflejo de lo que ha ocurrido durante el año, se podrá comprobar si esta intención se hace realidad. El Eustat también incluye un análisis sobre el comportamiento de los principales impuestos durante los años 1991-1996 en los tres ámbitos fiscales de España: Navarra, Euskadi y el resto del Estado. El IRPF se portó de manera similar y el impuesto de sociedades creció en Navarra un 15%, mientras que en el resto de España subió un exiguo 1% y en Euskadi el avance fue nulo. En cuanto al IVA, de nuevo Navarra fue la más favorecida con un aumento del 9,6%. En Euskadi subió el 7,8% y en el resto de España la recaudación de este impuesto creció un 6,7%.