Retratos conceptuales
JOSU BILBAO FULLAONDO Desde su aparición, la fotografía ha estado siempre ligada al retrato. Durante todo este mes y parte del que viene, el Fotomuseum de Zarautz ofrece una exposición dedicada a un aspecto particular de este género, un tanto olvidado en nuestro entorno durante los últimos años. Es una colección del autor alemán Thomas Ruff (1958) realizada en la década de los ochenta. Su interés ha trascendido en el tiempo por contrastar con épocas anteriores en las que se ofrecían referencias de otra índole sobre el sujeto fotografiado. Los modelos que muestra evitan toda caracterización significativa. Huyen de los trazos cuya expresión puedan ser reveladores de cierta personalidad o estado de ánimo. Una forma de (in) expresión para incitar a la reflexión sobre el arte y lenguaje de la luz. Thomas Ruff aprendió en la academia de Bellas Artes de Düsseldorf con Bernd Becher (1931, Siegen) quien, junto a su mujer Hilla Wobeser (1934, Potsdam), fue pionero de la fotografía conceptual en Europa. La fuerte personalidad del maestro dejó huella en la trayectoria del alumno. Heredó el rechazo a las distinciones establecidas para los diferentes dominios de la expresión visual. Siguió cuestionando temas y formas del hacer tradicionales para ampliar el campo de influencia fotográfica. Una forma de trabajar desde la que trata imponer a sus imágenes informaciones neutras, simples descripciones exentas de emociones individuales. En esta medida ofrece una precisión notable en todo lo que representa. Se mantiene dentro de una clara ortodoxia compositiva. Escapa de contrastes, matices y enfoques fuera de lo corriente. Esta mecánica comporta, sin duda, un acotamiento de posturas y un previo análisis de la colocación del sujeto motivo de la foto. Las teorías conceptuales de esta nueva generación de autores han desembocado en la creación de un criterio posmodernista de la fotografía. Una evolución inscrita en la voluntad de rechazar toda perspectiva estética con el fin de mantener para el negativo resultante de la toma todo su valor documental. Es una manera de reformular la relación de la imagen fotográfica con la realidad social. Algo que, en su pretensión de apropiarse y reproducir una realidad preexistente, no debe pretender a la unicidad de las obras realizadas manualmente; debe aceptar la multiplicación de sus clichés como parte ineludible de su propia esencia. Se trata de una tesitura donde el fotógrafo debe insistir más en suscitar una reflexión sociológica que en investir a su obra de un aura estética. Este procedimiento, lejos de buscar emociones personales, va destinado a modificar la percepción del espectador. Los autores implicados en esta trayectoria han concebido un estilo que permite cuestionar los estereotipos culturales establecidos en torno al hecho fotográfico. Ruff centra su interés en temas aparentemente tan dispares como la arquitectónicos y el retrato. La serie Gente Joven la componen cerca de cuarenta imágenes en color que rehuyen de todo contexto. Todas ellas son ejemplo de rechazo a cualquier caracterización. Cada uno de los personajes, aislado en el cuadro de la toma, remite únicamente a sí mismo. En realidad, su propósito es más complejo de lo que parece. Contrasta y llega a ofrecer una parodia de lo que se calificó como "retrato psicológico": el que sucedió al autocomplaciente estilismo del glamour donde el retratado quería gustarse a sí mismo y también a los demás, el que buscaba poner al descubierto el trasfondo psíquico de la fisonomía humana y han practicado autores tan relevantes como Gisèle Freund, Richard Avedon, Alberto Schommer, Lisette Model o Diane Arbus. Como prueba lo que se indica, el autor busca la manera de no emitir juicios orientativos sobre las personas que presenta. Las enfrenta al espectador para que emita sus propias valoraciones. En cualquier caso, no puede escapar de cierto simbolismo opaco que incita al análisis individualizado de cada una de las fotografías. Con todo ello se desprende un ejemplo que debe ser acicate para incitar la búsqueda de formas innovadoras para un género ausente de galerías, pero insistente con su presencia en diarios y revistas.
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