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Ferruccio Soleri lleva a la escena el arlequín acróbata de Strehler

El actor italiano presenta en el Festival de Otoño su mítico montaje

Dicen que este siglo XX ha dado dos grandes arlecchinos a la historia del teatro: Marcello Moretti, desaparecido hace años, y Ferruccio Soleri, quien aún demuestra sus dotes acrobáticas sobre el escenario. Los dos han surgido de la maestría del director italiano Giorgio Strehler, que nada más fundar el Piccolo Teatro de Milán, en 1947, recuperó a un casi olvidado Carlo Goldoni y las máscaras de la Commedia dell´arte.

Strehler mantuvo y volvió a montar Arlecchino servitore de due padroni más de diez veces, a lo largo de 50 años. La última, el pasado año, que celebró, meses antes de fallecer, el quincuagésimo aniversario de su compañía con el regalo de mostrar al frente de la obra, una vez más, a Soleri.Mañana, martes, se estrenará en el teatro Albéniz de Madrid, dentro del Festival de Otoño, esta pieza emblemática de la Commedia dell´Arte con la que Soleri ha pasado a estar inscrito en la historia de los grandes cómicos mundiales. Soleri ya estuvo en España en 1968 y 1985.

El año pasado, Soleri celebró en Bogotá que ya había hecho 2.000 arlecchinos desde que por primera vez, en 1963, lo representara en Estados Unidos, país en el que se obligaba a las compañías a que un día a la semana trabajara sobre el escenario el sustituto del primer actor, en aquel caso Moretti. Desde entonces asegura que nunca ha hecho el mismo arlequín.

El arlequín de Soleri es especialmente acrobático, a la manera tradicional de los siglos XVII y XVIII, algo que no se ha difuminado a medida que este actor sexagenario ha ido haciéndose mayor, por lo que verle sobre el escenario también lleva consigo un grado de sorpresa importante. Una de las razones por las que el actor italiano piensa que se puede representar durante décadas este personaje se debe a que Arlecchino no tiene una psicología muy complicada.

"Es un niño"

"No es como Hamlet, en el que puedes profundizar, pero hasta un punto, porque si no te vuelves loco, y, desde luego, jamás se podría representar 2.000 veces, mientras que Arlecchino posee una psicología cambiante, porque el público es diferente cada día. Arlecchino es un niño; si fuera sabio, podría vivir hoy, pero hoy lo ingenuo y lo naïf no existe; hoy es necesario asumir un compromiso; Arlecchino no sabe qué es el compromiso, y por eso es fascinante; él es sólo un niño que se mueve entre dos mundos", dice de su personaje.Este hombre que ha crecido como actor bajo la sombra de Strehler dice del director italiano, cuya desaparición, el 25 de diciembre del año pasado, la vivió como una terrible tragedia no esperada, que trabajar con él era muy duro: "Era terrible, difícil, pero extraordinario; no vi que ni una sola vez no tuviera razón. La solución que encontraba para todo era siempre la más simple; su teatro no tenía retorcimientos ni recovecos, era excepcional. Para nosotros el teatro popular no significaba teatro para el pueblo, sino para todos", afirma Soleri, que espera no terminar haciendo sólo Arlecchino.

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