Cindy Sherman muestra en Lisboa una descarnada visión del sexo y el placer
"Creo que la representación más horrible tiene siempre su lado cómico", afirma la artista
La fotógrafa norteamericana Cindy Sherman (Nueva Jersey, 1954) presenta en Lisboa una amplia retrospectiva de sus más de veinte años de trabajo. La exposición muestra sus ya famosos e intrigantes autorretratos o su visión del mundo a partir del erotismo, la pornografía y el sexo, donde mezcla imágenes de una belleza perturbadora con otras de inigualable repugnancia, casi grotescas. La muestra ofrece varias series de imágenes que repasan toda su trayectoria personal y vital, desde sus primeros autorretratos (1977) hasta sus más recientes trabajos.
Considerada un símbolo del mundo artístico neoyorquino, tras la figura de Andy Warhol, la fotógrafa expone en el Centro Cultural de Belém, en Lisboa, hasta principios de año, una amplia retrospectiva de su peculiar trabajo. La primera de las series presentadas, Untitled films stills (Fotogramas sin título, 1977-1980), muestra un grupo de imágenes en blanco y negro que le valieron el reconocimiento internacional. Son imágenes de ella-mujer en el papel de ama de casa, objeto sexual o emprendedora mujer de negocios.Después le sigue la serie Disgust pictures (Imágenes repugnantes, 1986-1989), que representa el mundo del asco, la basura, la comida podrida y los vómitos. Cronológicamente llega Sex pictures (Imágenes de sexo, 1992), donde la provocadora fotógrafa nos revela su particular y escandalosa visión sobre la muerte y el sexo.
Cindy Sherman explica que se siente extrañamente atraída "por el desconocimiento total que tenemos de nuestra muerte". "Debe ser terrible", dice, "que una persona con una enfermedad terminal sepa que va a morir. Pero creo también que uno de los grandes miedos que tenemos sobre ese hecho inevitable procede de no saber nunca cuándo va a ocurrir. Tal vez mañana pueda ser atropellada. Me levanto a veces con la sensación de pensar que un día cualquiera puede ser mi último día, sin darme cuenta de cuáles serán las últimas horas de mi existencia. Esa sensación me fascina y, a la vez, me aterroriza. El no saber el cuándo y el cómo. Nunca lo sabemos hasta que es demasiado tarde". Y explica que esa sensación marca gran parte de su trabajo: "Por eso intento introducir el sentido del humor en mis obras. Creo que la representación más horrible tiene siempre su lado cómico. Incluso las películas de terror tienen siempre un ángulo ridículo. Tal vez porque en el fondo estamos sentados confortablemente en una sala de cine". Las fotografías de la artista norteamericana están distribuidas por varios corredores de la sala de exposiciones del Centro Cultural de Belém, uno de los referentes culturales de la Lisboa actual. Las obras, presentadas en gran formato, transmiten sensaciones de carnalidad y proximidad física -con la propia fotógrafa como protagonista la mayoría de las veces-, que juegan en la mente del espectador con los opuestos de atracción y rechazo, el drama y el humor más radicales.
Desnudo masculino
La fotógrafa norteamericana reconoce que se siente actualmente muy atraída por el mundo de la homosexualidad masculina: "Estoy muy cansada del desnudo en el arte. El desnudo femenino está siempre ligado a la glorificación del cuerpo de la mujer, al erotismo, y el del hombre, a la afirmación de la grandeza, de la fuerza. Ahora es diferente. Estoy interesada en los hombres, en su homosexualidad, y en eso estoy trabajando".Por otro lado, el Centro Cultural de Belém presenta también, hasta finales del próximo mes de enero, una representativa exposición del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto, copatrocinada por la Fundación de La Caixa. Siempre en blanco y negro y obsesionado por el mismo tema, Sugimoto destaca el egoísmo de la historia de la humanidad a partir de las recreaciones de la vida animal, con imágenes obtenidas en el Museo de Historia Natural de Nueva York. El fotógrafo japonés busca la reflexión de los espectadores a través de sus imágenes de las salas de cine, los paisajes marítimos o las estatuas de Buda.
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