Homosexuales de la Complutense piden la retirada de cinco libros "homófobos"
Los autores aseguran que no se deben sacar los párrafos de su contexto
La asociación Rosa Que Te Quiero Rosa, que agrupa a unos 85 alumnos homosexuales de la Universidad Complutense de Madrid, ha iniciado una campaña para pedir a todas las facultades de Psicología que retiren de los programas de estudio cinco libros de texto por el contenido supuestamente "homófobo" de algunos de sus capítulos. Los alumnos, que denuncian referencias a la homosexualidad como "desviación" o "comportamiento indeseable", participarán en una semana de protesta con actividades en las universidades de Madrid. Nueva Izquierda, Izquierda Unida y Juventudes Socialistas, además de otras veinte asociaciones estudiantiles, han apoyado la iniciativa de Rosa Que Te Quiero Rosa.La campaña, dirigida más a evitar este tipo de textos que a ir contra sus autores, solicita también a las editoriales que se nieguen a publicar contenidos que tiendan a presentar la homosexualidad como enfermedad o problema. Uno de los ejemplos que condenan los alumnos es la llamada terapia aversiva que presenta el manual dirigido a los alumnos de 4º de Psicología, Técnicas de Modificación de la Conducta, de los psicólogos Méndez Carrillo, Olivares Rodríguez y Vallés Ariandiga (Biblioteca Nueva). Esta terapia, recogida de autores de otros países, consiste en proyectar diapositivas de un hombre desnudo a un homosexual, al que se le suministra una descarga eléctrica mientras mira la imagen.
Técnicas
Estos textos contienen afirmaciones como: "Con la técnica de sensibilización encubierta se han tratado problemas de orientación sexual, por ejemplo, homosexualidad, fetichismo, travestismo, sadismo, paidofilia o exhibicionismo, impotencia secundaria, obesidad, adiciones como el alcoholismo, el tabaquismo...". Estas técnicas han conseguido "logros en la supresión de comportamientos indeseables personal y socialmente considerados".José Antonio Ríos González afirma en el Manual de Orientación y Terapia familiar (Instituto Ciencias del Hombre): "Según las conclusiones de Bieber y colaboradores, en los adolescentes homosexuales se encuentran siempre sentimientos negativos de miedo y de no aceptación del padre, al mismo tiempo que concluyen que ningún padre de homosexual puede ser considerado "padre normal". Quedan catalogados dentro del tipo de padre "lejano", hostil, despreciativo y abiertamente rechazante".
Ríos González señala que se trata de frases fuera de contexto. "Tendría que leerme todo el capítulo. El libro fue publicado en 1984 y nunca ha tenido quejas por parte de los alumnos". El capítulo 20 del Manual de Técnicas de Modificación y Terapia de Conducta, (F. J. Labrador, J. A. Cruzado y M. Muñoz, coordinador, publicado por la editorial Pirámide), escrito por el psicólogo José Cáceres Carrasco, también recoge las técnicas aversivas. "Personalmente me parece que no son las más adecuadas", comenta Manuel Muñoz, coordinador de la obra. "Los editores aceptamos el capítulo porque no podíamos ejercer de censores. No hay que sacar el texto, que se refiere a los homosexuales que rechazan su condición y piden tratamiento, de su contexto".
Homosexualidad, aplicación clínica de la evaluación y terapia de conducta en las homosexualidades egodistónica y egosintónica, de Salvador Alario Bataller, propone como terapia para el homosexual masculino establecer contacto con una prostituta. En el capítulo Tratamiento de un caso de homosexualidad con entrenamiento en habilidades sociales, del libro Evaluación y Modificación de Conducta (Pirámide), el autor, José Santacreu, trata la homosexualidad como "problema", y la coloca, en la introducción, en la misma lista de "modalidades de conducta sexual" que la "zoofilia, el fetichismo, y la necrofilia".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.