El líder kurdo detenido en Roma pide asilo político en Italia

La detención la noche del jueves en el aeropuerto romano de Fiumicino del líder del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), Abdullah Ocalan, se ha convertido en un caso de difícil manejo diplomático para las autoridades italianas. Ocalan, de 49 años, ha formalizado ya la petición de asilo político ante el Ministerio del Interior italiano y ha escogido a un destacado abogado, Giuliano Pisapia, ex presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara baja italiana.

Al mismo tiempo, las autoridades turcas han anunciado la inmediata petición de extradición para el líder del PKK, el "enemigo público número uno" del régimen de Ankara, que desde 1984 mantiene una guerra a muerte con un partido que recurrió a las armas en su lucha por obtener un Estado kurdo independiente en el sureste de Turquía. Además de la petición turca (una de las dos órdenes de captura internacional que pesaban sobre Ocalan procedía de Ankara), existe una inminente petición procedente del Gobierno de Bonn que acusa a Ocalan de ser el responsable de una serie de atentados cometidos en Alemania hacia 1990.

La detención de Ocalan ha desatado una polémica inevitable en el seno de la variopinta mayoría de Gobierno en Italia. Verdes y comunistas han anunciado movilizaciones para conseguir que Italia acoja como un amigo al líder de un pueblo perseguido que cuenta con enormes simpatías en este país. Los sectores más conservadores, empezando por el propio ministro de Exteriores, Lamberto Dini, de centro-derecha, consideran que Italia ha actuado correctamente deteniendo a Ocalan, y son partidarios de analizar cuidadosamente la situación. Italia ha firmado recientemente una serie de acuerdos con Turquía y es uno de los más firmes defensores de su ingreso en la Unión Europea.