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Francisco Pino descubre sus "poeturas"

El artista octogenario deja por un rato su retiro para abrir una muestra de "poemas efímeros y cosas raras"

Hay libros raros, distintos, ediciones exquisitas; revistas caprichosas; bellos papeles con poemas escritos, rotos y dibujados; juegos de palabras experimentales; "piedras martirizadas para que crezcan"; collages de aspecto juvenil firmados en 1997; sellos de caucho, dibujos en tinta, cancioneros, villancicos, versos irónicos y torcidos, letras dando vueltas, epigramas... Todo esto y más forma parte de la obra "más efímera" de un hombre elegante de 89 años. Son las Poeturas de Francisco Pino, pero podrían ser las diabluras de un niño inquieto que ha jugado con el arte toda la vida. Seguramente, ése es el espíritu que siempre ha movido a este raro de la cultura española, al que se ha llamado muchas cosas, sin que ninguna haya logrado explicar del todo su variedad y originalidad de poeta, diseñador, escultor, artista plástico y genio intimista, que él ha sintetizado en la expresión "el mundo de los agujeros".Ayer, el hombre que ha pasado una vida escondido en su casa del Pinar de Antequera (Valladolid) dejó su retiro durante un rato -"me vuelvo ahora mismo a mi escondite"- para acudir a la madrileña calle del Pinar. Allí, la Residencia de Estudiantes expone hasta el 29 de noviembre una pequeña antológica (con poeturas desde 1949), que ha sido reunida por Antonio Piedra, montada por Narciso Abril y "traducida" en el catálogo por 14 poemas de José-Miguel Ullán.

Pino visitó con curiosidad divertida la exposición. Vestido elegantísimo, iba del brazo de su amiga la poeta Esperanza Ortega. La pequeña sala estaba llena de familiares. Su hermana confesó que no posee ninguna obra de Pino y afirmó que lo del retiro es un gen: "No nos gusta nada salir".

Antes, en una breve intervención llena de encanto y picardía, el artista contó un par de anécdotas de su juventud vallisoletana con Cossío y Alberti, se declaró admirador del grupo del 27, dijo no tener "nada que ver" con la generación del 36 -"salvo con Pepe Rubio"- y explicó así lo de las poeturas: "Dirán ustedes que qué es esta palabra estúpida que ni es poema, ni escultura ni ninguna de las dos cosas. Pues poe viene de creación. Y tura viene de durar. Ya Garcilaso usaba tura en el sentido de dura. Y todo lo que dura es efímero y pasa. Claro que tura viene también del francés tour. Girar, dar vueltas. Y estas cosas dan vueltas, no tienen una vida larga, y las amo por eso. A mí también me gustaría no quedar, no durar, como ellas. Y aunque son cosas afables y lo mío no vale nada, me gusta mucho que ustedes pasen la mirada por encima. Sobre todo, me gusta que las mujeres pasen su mirada sobre estas cosas raras mías".

Y se fue, prometiendo que el día 23 volverá a la Residencia para leer por primera vez sus poemas y abrir así el I Encuentro de Poesía Europea, que durará hasta el 27 de noviembre.

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