Fischer expresa objeciones a la acción de la OTAN fuera de sus fronteras
El ministro de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, ha reconocido que la diferencia de criterios sobre actuaciones militares de la OTAN fuera de su zona de acción sin mandato de la ONU es un "problema" de cara a la estrategia conjunta de la Alianza Atlántica que debe ser aprobada en la cumbre que se celebrará en abril en Washington. En una entrevista con el semanario Die Zeit, Fischer ha insistido en que el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU es un "un requisito central" para Alemania.
El ministro aseguró haber expresado claramente su opinión tanto a la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, como al secretario general de la OTAN, Javier Solana.Fischer admitió, no obstante, que puede haber "excepciones" y que en Kosovo (provincia serbia de mayoría étnica albanesa) casi se había llegado a producir una de ellas. En su opinión, el derecho internacional debe desarrollarse para abordar conflictos que ocurran en el interior de un país, "pero no a costa de un debilitamiento de la ONU". De lo contrario, señaló, existe el peligro de que "un dirigente sin escrúpulos" pueda intervenir en un país extranjero supuestamente en nombre de los derechos humanos, pero "en la práctica con otros fines diferentes".
Junto con su colega británico, Fischer quiere impulsar la publicación de un informe regular sobre los derechos humanos a escala europea. El ministro apoya al tribunal de crímenes de guerra de la Haya y considera que la detención de Augusto Pinochet en el Reino Unido a petición de los jueces españoles es una "señal alentadora". "Me llena de satisfacción la actuación de la justicia independiente de dos democracias europeas unidas a nosotros por una estrecha amistad", señaló. A diferencia de su antecesor en el ministerio, Fischer quiere que el cargo de un representante europeo en materia de Política Exterior y de Seguridad, también denominado Míster PESC, sea ocupado por "una figura política con peso en Europa y en las relaciones transatlánticas".
A diferencia de 1992, cuando se firmó el tratado de Maastricht, Alemania no está ya en situación de "poner un par de miles de millones más sobre la mesa" para ayudar a que las negociaciones de ampliación de la Unión Europea (UE)avancen rápidamente. Según Fischer, los gastos de financiación de la UE "no deben continuar creciendo" y se debe abordar un "nuevo reparto de los gastos y de la carga de las contribuciones".
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