El astillero de Sevilla pide al Gobierno central garantías de futuro ante la falta de pedidos
El comité de empresa del astillero de Sevilla denunció ayer la "incertidumbre" que atraviesa la factoría durante una asamblea de trabajadores que dejó con servicios mínimos la normal actividad del astillero. El presidente del comité de empresa, Ignacio Sánchez, abogó por exigir a la dirección de Astilleros Españoles S.A (AESA) el inicio de contrataciones de barcos que supongan una cartera de pedidos suficiente para "garantizar" el empleo a partir del primer semestre de 1999, cuando está prevista la finalización de los dos buques actualmente en construcción. Sólo con nuevos pedidos podrían continuar trabajando los 400 operarios de la plantilla y los 1.800 dependientes de las empresas auxiliares, indicó Ignacio Sánchez. Éste reclamó información sobre el nuevo plan de viabilidad diseñado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), para la División de la Construcción Naval (DCN). Este proyecto vendría a sustituir al Plan Estratégico de Competitividad (PEC), consensuado en 1995 con los sindicatos. El cumplimiento de este ultimo "ha fracasado", ya que no ha logrado hacer rentables a muchos de los astilleros públicos y las inversiones previstas no han sido las inicialmente acordadas, lamentó Sánchez. Los astilleros culminarán el año con perdidas de entre 15.000 y 19.000 millones. La factoría gaditana de Puerto Real, con 7.500 millones de perdidas, es la que está ocasionando peores resultados. Sevilla tiene previsto superar los 1.800 millones de perdidas. Según Sánchez, parte de la responsabilidad de estos malos resultados es achacable a la "pésima" gestión del director del centro sevillano, Andrés Sanz. El diseño de reajustes de plantilla para abaratar costes "no ha servido", al menos en Sevilla, donde la excesiva mano de obra facilitada por las empresas auxiliares habrían incrementado los costes laborales, provocando además una rebaja de la calidad de los trabajo. Desorganización Según Sánchez, la situación vivida por el astillero sevillano en los últimos años ha sido "el colmo de la desorganización" y recordó el "desastre" que originó la contratación de servicios efectuada el pasado año de una empresa portuguesa, donde los empleados pertenecientes a la plantilla tuvieron que "rehacer" lo elaborado por el personal adscrito a dicha firma. De momento no han sido convocadas movilizaciones, aunque el comité ha solicitado a los empleados que no acepten la realización incrementos de jornadas para compensar con días de descanso. Una medida que provocará que se ralenticen las labores de construcción de los buques.
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