Experiencias de barrio
El entorno de los estudiantes es básico para desarrollar las enseñanzas morales y sociales
Los habitantes de la isla canaria de El Hierro están pendientes cada cuatro años de un gran acontecimiento: la bajada de la Virgen. Durante todo un año, prácticamente no hablan de otra cosa. Pero hay un grupo de alumnos que vive esa celebración de una forma aún más especial. Son los 250 estudiantes del colegio El Pinar. Durante meses, estos alumnos hacen cálculos del gasto que generará la celebración en la localidad, hablan de cómo se puede evitar el deterioro del medio ambiente durante esos días, se informan de festividades parecidas que se celebran en otras lugares o analizan las diferencias y riquezas de la localidad que se pueden transmitir a los visitantes."Se trata de que los alumnos no multipliquen en frío", resume Florencio Luengo, profesor de primero de ESO en Tenerife y uno de los precursores del programa que se ha puesto en marcha en El Hierro organizado por CCOO y aprobado por la Consejería de Educación. "Nos dimos cuenta de que para enseñar la educación para la paz, para la igualdad de sexos o medioambiental era necesario determinar primero las actitudes que queríamos transmitir y luego adaptar los contenidos a ellas, y no al revés".
Según el planteamiento del grupo de docentes que han puesto en marcha ese proyecto, es imprescindible que los estudiantes relacionen los valores con lo que está ocurriendo a su alrededor, para que lo que aprenden les deje huella.
"Cuando tratas de trabajar la paz en abstracto, te da la impresión de que los alumnos no se van a quedar con nada", dice Luengo. "Las asignaturas transversales acaban convirtiéndose en marías y buena parte del profesorado las considera un trabajo extra. De hecho, muchos preguntan: "¿Cómo queréis que me ocupe de transmitir unos valores o actitudes cuando apenas tengo tiempo de organizarme para dar todo el programa de mi asignatura?".
Según este docente, es difícil equivocarse si se afirma que en más del 90% de los centros se resuelve la enseñanza de las materias transversales con actividades esporádicas, como la celebración del día de la paz o del día del árbol. No es el único que opina de este modo.
Paz y agresiones
"¿Cómo se va a hablar a los alumnos de la paz en El Salvador cuando hay seis chicos del barrio que se pasan todos los días por el instituto para pegarles? Si acaso habrá que hablarles de las dos situaciones". Es la opinión de Pepe Checa, profesor del instituto Enric Borrás de Badalona (Barcelona).En esta línea realista están los contenidos que se imparten en su centro: habilidades sociales y capacidad para disculparse, resistirse a las presiones o mediar entre iguales: "Les explicamos cómo enfrentarse a determinadas situaciones, como cuando algún amigo les plantea la posibilidad de robar un coche. Aprenden a resistirse a ello y manifestarlo de una manera que no sea conflictiva".
Sin embargo, hay centros que sí han incluido cada una de las materias transversales en su proyecto educativo. El director de un colegio situado en el barrio madrileño de Retiro cuenta que los grupos de profesores de cada ciclo se reúnen al principio de curso para analizar en qué temas de las asignatura se pueden incluir estas materias.
En lengua y en idioma se han incorporado textos sobre educación para la paz y la igualdad de sexos, y en conocimiento del medio se habla del reciclamiento, la conservación de la naturaleza y el respeto a los diferentes pueblos, ideologías y razas.
En matemáticas se plantea el respeto a los datos y problemas relacionados con el consumo o el medio ambiente, como el cálculo de cómo disminuyen los bosques en el mundo y la repercusión de ello sobre la vida.
Otro centro madrileño, el colegio Cenit, que es concertado, ha integrado los temas transversales en las siguientes actividades de la materia de lengua: los comentarios de texto, las exposiciones orales que deben hacer los alumnos en clase, las redacciones y en dos tipos de actividades complementarias: obras de teatro y debates.
Educación vial
En los centros de primaria se trabaja más la educación para la paz y la solidaridad, para el medio ambiente y para la igualdad entre sexos que las demás materias. La más difícil de integrar en el currículo es la educación vial. La mayor parte de los colegios aprovechan para organizar juegos relacionados con ella en la clase de educación física o participan en programas que organiza la Policía Municipal de algunos ayuntamientos, como el de Madrid. La educación para la salud y sexual se suele impartir dentro de los programas de educación física y ciencias naturales.Aunque la mayor parte de los centros siguen enseñando estas materias fuera del currículo, algunos hacen esfuerzos por relacionarlas.
Por ejemplo, en vez de organizar un solo día de la paz, los profesores de algunos centros han empezado a crear programas de una semana en la que tocan temas relacionados con la paz en todas las asignaturas. Una actividad común de geografía durante esa semana es hacer un recorrido por los países en los que hay conflictos bélicos y analizar el porqué. En lengua complementan lo anterior con redacciones en las que aportan ideas que pudieran contribuir a solucionar esos conflictos.
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