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Entrevista:

"Los países potentes deben dar pasos más firmes"

España ha incorporado este año una novedad en su delegación en las negociaciones internacionales del clima: un científico, Sergio Alonso, catedrático de Meteorología de la Universidad de las Islas Baleares y gestor del Plan Nacional del Clima, asiste a la cumbre de Buenos Aires en representación de la Oficina de Ciencia y Tecnología (OCYT) de la presidencia del Gobierno.Pregunta. ¿Asesora usted a la delegación española en cuestiones científicas?

Respuesta. Mi objetivo es identificar aspectos interesantes de ciencia y tecnología que puedan ser incluidos en el próximo plan nacional.

P. ¿España actúa en la cumbre dentro de la llamada burbuja comunitaria?

R. Sí, así actúan todos los países de la Unión Europea. Todos los temas que se abordan se discuten antes entre los delegados de la UE y luego el que ostenta la presidencia, Austria, presenta la postura común y participa en las discusiones.

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P. ¿Qué opinión le merece, como científico, el desarrollo de esta reunión mayoritariamente de políticos?

R. Me produce una extraordinaria sorpresa. En las reuniones científicas, los investigadores presentan sus resultados, se discuten y así se va estableciendo el avance del conocimiento. Aquí es diferente. Lo que se hace es pactar las conclusiones, especialmente las cuestiones políticas. Hay negociaciones que no se hacen en las salas de reuniones, y esto es para mí absolutamente novedoso. En cuestiones políticas a menudo es difícil definir qué es correcto o incorrecto. Se busca lo adecuado, y para eso hay que negociar y, a veces, renunciar a consideraciones propias para alcanzar un consenso.

P. ¿Para qué sirve esta cumbre?

R. En Kioto se alcanzó un acuerdo para reducir las emisiones de gases contaminantes, aunque muchos esperábamos que el compromiso fuera más fuerte, y ahora hay que cerrar puntos que quedaron abiertos, procedimientos para que se pueda conseguir la reducción. Se trata de que todos los países sean conscientes de que es algo que el planeta necesita. Los países más contaminantes, con más población y potencial económico, son los que en este momento deben dar pasos más firmes.

P. ¿Cómo está la investigación del clima en España?

R. El Plan Nacional del Clima se puso en marcha en 1996 y acaba en 1999, aunque hubo financiación para investigación en 1995. Ahora empezamos a ver resultados. La previsión de financiación superaba los 2.000 millones de pesetas desde 1995 a 1999, pero no se ha llegado a cubrir. Se han invertido unos mil millones de pesetas en los proyectos de investigación.

P. ¿En que áreas se centran los proyectos españoles? R. El plan nacional se planteó con cuatro objetivos: observación del sistema climático y métodos matemáticos para tratar esta información; caracterización del sistema climático (en esta área hay buenos investigadores de paleoclima); simulación y predicción (área en la que tenemos que hacer todavía un esfuerzo), y aplicaciones del conocimiento climático a las actividades económicas.

P. ¿Qué temas ha identificado aquí como interesantes? R. Es muy importante todo lo relacionado con sistemas de observación y con la libre difusión de los datos. También es importante profundizar en el conocimiento de la relación entre calentamiento global y disminución de la capa de ozono, porque hay dos tratados internacionales, el de Montreal y el de Kioto, que obligan a tomar medidas con las emisiones de gases a la atmósfera. Desde el punto de vista científico hay que aclarar la relación entre ambos fenómenos. Hay que avanzar también en el estudio de la influencia del calentamiento global en los fenómenos meteorológicos extremos.

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