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14.000 jóvenes de la región suspenden cada año sus estudios obligatorios

Cerca de 14.000 jóvenes madrileños fracasan cada año en su intento de aprobar el último curso de la enseñanza obligatoria (cuarto de la ESO, con el nuevo sistema educativo) y hacerse con el graduado escolar. Estos alumnos se encuentran de esta manera sin posibilidad de acceso al bachillerato o a la formación profesional y abocados a incorporarse al mercado de trabajo en inferioridad de condiciones. El dato lo aportó ayer el consejero de Educación y Cultura, Gustavo Villapalos, durante una comparecencia parlamentaria sobre el inminente traspaso de la educación no universitaria a la Comunidad de Madrid, y le sirvió para defender con todo énfasis el plan de financiación adicional que su departamento ultima en estas fechas: 131.000 millones extras para mejorar la escuela madrileña durante los próximos cinco años, entre 1999 y el 2003.

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Los 14.000 chavales que se encuentran con una papeleta de suspenso al final de la enseñanza obligatoria representan un 34,2% del total de escolares de la región, según los datos que maneja la Consejería de Educación. La cifra sitúa a Madrid en los peores índices de todo el Estado, con la sola excepción de Ceuta y Melilla. En el conjunto de las autonomías gestionadas por el Ministerio de Educación, el fracaso escolar sólo alcanza al 30% de los alumnos.

Con todo, Villapalos prefirió ofrecer una lectura optimista: el plan de choque que se aplicará a partir del 1 de enero debe traducirse, pronosticó, en una sensible reducción de los niveles de fracaso a medio plazo. Lo ideal, según sus cábalas, sería recortar ese índice hasta el 20%. Lo primero que deberá hacer la Administración regional es multiplicar los llamados talleres de garantía social, fórmula que prevé la LOGSE para los desplazados del sistema

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Distintas sensibilidades

14 sindicatos y colectivos educativos avalan la necesidad de un plan para mejorar la escuela

Hubo en la Consejería quien se refirió ayer al apoyo de estas 14 instituciones como "uno de los mayores éxitos de la legislatura". En cualquier caso, no será sencillo conjugar sensibilidades a veces muy dispares. Parece evidente que los famosos 131.000 millones -hasta septiembre, la cifra que se tomaba como referencia era de 118.000- han de invertirse en mejoras retributivas para los profesores, ampliación de la educación infantil, un gran impulso a la educación compensatoria, mejoras en comedores y transporte y refuerzo de enseñanzas extraescolares, como música, idiomas y enseñanzas artísticas. El debate se centrará, sin embargo, en qué aspectos han de primarse más y cuáles quedan relegados a un segundo plano.Gustavo Villapalos defendió ayer la tesis de que la lucha contra el fracaso escolar debe comenzar ya en el primer tramo docente, el de la educación infantil (de cero a tres años y de tres años a seis), que ni siquiera reviste carácter obligatorio. La intención última de la consejería estriba en que todos los chiquillos de tres a seis años dispongan de plaza escolar en la Comunidad, una circunstancia que ahora se restringe a poco más del 80% de los casos.

Sin embargo, esta idea encierra uno de los principales puntos de fricción entre el Partido Popular y los sindicatos. El Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón planea atender el 100% de la demanda de escolarización ampliando la política de conciertos. Desde CC OO y UGT, se ve con muy malos ojos, en cambio, lo que definen como "maniobra privatizadora".

Mientras se perfila el reparto exacto de los 131.000 millones, los presupuestos regionales para 1999 incluyen una primera partida de 15.000 millones para la mejora de aquellas infraestructuras escolares más deterioradas. Éste es un aspecto que irrita a la portavoz de Educación del PSOE, Carmen Ferrero. "Ésas no son inversiones reales, sino una forma de tapar el agujero que ha dejado el Ministerio de Educación ante unas transferencias mal hechas", protestó.

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