Villapalos no quiere dejar hipotecas a sus sucesores

Gustavo Villapalos gusta de dejar en sus palabras un holgado margen para las interpretaciones. Ayer volvió a ejercitar esa costubre cuando dijo que no quería "dejar hipotecas ni proyectos a medias al que venga detrás". Y de inmediato se dispararon las especulaciones: ¿Estaba anunciando Villapalos que abandonaría la política al final de la presente legislatura?La respuesta, según algunos de sus colaboradores, es negativa. Estas fuentes precisaron que el consejero había querido decir que no deben ponerse en marcha proyectos relevantes justo antes de las elecciones, puesto que aún se desconoce quién gobernará en Madrid durante los próximos cuatro años. El consejero de Educación no desea trabajar, de momento, con la premisa de la victoria electoral del PP en los próximos comicios autonómicos.

En caso de que los populares repitieran triunfo, Villapalos confía en seguir al frente de Educación y Cultura, apuntaron estos colaboradores, e incluso ya tiene alguna idea en mente. Sin embargo, el consejero rehúye los grandes cambios para estos meses que quedan hasta la cita con las urnas. Entre otras cosas, el organigrama de su consejería se ampliará con un buen número de directores generales con la llegada de las competencias educativas, así que no tiene sentido tomar decisiones por adelantado.

Sin embargo, esa referencia a "no dejar hipotecas al que venga detrás" se produjo tres semanas después de que Villapalos recitara desde el estrado de la Asamblea de Madrid los siguientes versos de Rafael Alberti: "Déjame, señor, que quiero volver al río / Volver a ser pescador, que es lo mío". Aquél fue un aviso para navegantes que tenía como principal destinatario a otro de los ocupantes de los escaños azules: el consejero de Hacienda, Antonio Beteta. En aquel momento, Villapalos barruntaba que Beteta podía meter la tijera en los presupuestos educativos, y no estaba dispuesto a asumir ningún recorte. Esa especie de mensaje codificado se ha traducido, finalmente, en un incremento del 26% en las inversiones de la consejería.

Otro elemento generador de confusiones es el del momento en el que se materializará el traspaso educativo. El PP no va a ser capaz de concretar las transferencias el 1 de enero, como habían anunciado Ruiz-Gallardón y la ministra Esperanza Aguirre. Villapalos habló ayer de febrero, pero reconoció que la gestión no será efectiva hasta la primavera. Y hay quien retrasa aún más los cálculos: hasta el inicio del curso 1999-2000.