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Hamás se suma al bloqueo del proceso de paz con un coche bomba en Jerusalén

El grupo radical palestino Hamás logró ayer frenar en seco el proceso de paz. El movimiento integrista radical palestino hizo estallar un coche bomba en el centro de Jerusalén. La explosión provocó dos muertos y veintisiete heridos. El Gobierno israelí reaccionó con dureza y suspendió indefinidamente la aprobación y la puesta en vigor de los acuerdos de Wye Plantation, suscritos con los palestinos. La llamada urgente de Yasir Arafat a Estados Unidos, pidiendo su mediación, no ha podido impedir lo inevitable; los acuerdos de paz sufrirán un parón.

El popular mercado de Mahane Yehuda, en el corazón de Jerusalén, se vio ayer poco antes de las diez de la mañana sacudido por la explosión de un coche bomba. El estallido de un Fiat 127 rojo provocó una llamarada de cerca de treinta metros que calcinó los cuerpos de las únicas víctimas mortales del ataque: los dos supuestos terroristas. Una veintena de viandantes resultaron heridos."Ha sido un milagro del cielo" comentaba uno de los comerciantes de la zona, a la puerta de su tienda, a escasos metros del lugar de la explosión. El hombre pensaba sin duda en que una bomba similar, en el mismo lugar, provocó en julio de hace un año 21 muertos y más de medio centenar de heridos.

El atentado, provocado por la explosión de dos maletas llenas de explosivos de fabricación casera, fue reivindicado, por el movimiento integrista palestino Hamás y por su organización militar, las Brigadas de Ezzedine al Kasam, en sendas llamadas telefónicas a una comisaría de la policía israelí en Jerusalén.

La bomba provocó la cólera en el Gobierno de Benjamín Netanyahu, que llevaba una hora reunido para discutir y aprobar los acuerdos de Wye Plantation, firmados el pasado 23 de octubre en Washington. La reacción del Ejecutivo fue drástica: se suspendió indefinidamente la sesión de trabajo y se decidió dar un castigo ejemplar a los palestinos, anunciando la construcción del asentamiento gigantesco de Har Homa, en el sur de Jerusalén, donde desde hace más de dos años los colonos sueñan levantar más de 6.500 viviendas.

"Condenamos la acción terrorista, sea quien sea el instigador, pero pedimos al mismo tiempo la intervención inmediata de la Administración de Estados Unidos para aplicar los acuerdos de Wye Plantation", exigiría Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente Yasir Arafat, desde la sede del Gobierno palestino en la ciudad cisjordana de Ramala.

La respuesta de la Casa Blanca a la solicitud de ayuda de la Autoridad Palestina no se hizo esperar: Bill Clinton hizo llegar inmediatamente un mensaje de condolencia a Netanyahu, al tiempo que le recordaba la obligación de cumplir sus compromisos adquiridos en Wye Plantation. El Gobierno israelí redactó finalmente una nota desdiciéndose del "castigo" y desmintiendo la puesta en marcha de Har Homa. La nota sin embargo mantiene la decisión de bloquear indefinidamente la aplicación de Wye.

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