Retiro en un palacete de la Castellana

El Instituto de la Juventud, situado en un palacete del paseo de la Castellana, fue el lugar elegido por el ministro Javier Arenas para encerrarse con los dirigentes sindicales desde las nueve de la noche del miércoles hasta las cuatro de la madrugada. Ayer fue necesaria otra larga reunión, en este caso en el ministerio y sin la presencia de Arenas ni los líderes de UGT y CCOO, para plasmar por escrito en seis folios todo lo acordado la noche anterior.El embrollo se empezó a desliar en el momento en que el ministro de Trabajo admitió que la distribución de las horas complementarias que pueden prolongar la jornada se haga en periodos trimestrales.

A partir de ahí, la discusión fue fluida, porque para las centrales sindicales es el punto clave para que la organización y distribución de la jornada no queden en manos del empresario.

Pero, a su vez, es el punto que, a juicio de la patronal CEOE, es más rechazable. Los empresarios reclaman que ese contrato sea atractivo mediante la flexibilidad de la jornada, y para ello consideran necesario que la distribución se haga con carácter anual. Un dirigente de la CEOE aseguraba ayer que la organización en periodos trimestrales supone "no conocer las necesidades del mercado" y dotar a ese contrato de "una rigidez" para ellos inaceptable.

Tampoco están de acuerdo en cómo se ha cerrado la consolidación de las horas complementarias como jornada normal. El responsable de la patronal cree que, con ello, los empresarios "tendrán miedo" de recurrir a ese tipo de contratos, porque la consolidación "no tiene marcha atrás".