_
_
_
_

Una magna exposición documenta la relación de García Lorca con Granada

La íntima relación entre Granada, sus gentes, sus paisajes, y Federico García Lorca es el objeto de una magna exposición sobre el poeta que se inauguró ayer en su ciudad natal y que muestra documentos de gran valor y toda una serie de detalles para entender el contexto social en el que vivió el autor del Poema del cante jondo. La muestra, abierta hasta el 29 de noviembre, exhibe, según sus organizadores "todas las Granadas que hicieron que Lorca fuese Lorca, desde Soto de Rojas a San Juan de la Cruz".

Federico García Lorca y Granada recoge manuscritos de poemas, primeras ediciones de libros, decenas de fotografías originales, cuadros, dibujos y esculturas de todo tipo con las que Lorca estuvo relacionado, desde el arcángel San Miguel de la iglesia de San Miguel Alto, en el Albaicín, hasta caricaturas de amigos de la época. "Ha sido una exposición muy complicada de preparar", dijo ayer Eduardo Quesada, comisario de la muestra junto a Yolanda Romero, "porque se trataba de hacer un texto a base de imágenes, de enlazar Granada con todos los artistas que modelaron la ciudad, y de ver cómo Lorca era de un granadinismo universal, un granadinismo cósmico". La exposición, según sus responsables, no tiene nada que ver con la que se montó en el Centro Reina Sofía de Madrid y creó polémica al soslayar las causas de la muerte de Lorca. "Ésta es una muestra enteramente diferente, no coincide para nada con ninguna de las piezas que se exhibieron en el Reina Sofía, y sí trata el tema de la muerte". Ahí es donde se encuentra uno de los documentos más espeluznantes de la muestra: una carta inédita hasta ahora, firmada por un tal Manuel Luna y enviada durante la guerra civil a Melchor Fernández Almagro, un amigo de Lorca, en la que confiesa que estuvo presente y participó en la muerte del poeta. "En Granada me he distinguido bastante", dice el autor. "Fue de los que asistieron, en una mañana de agosto, al fusilamiento, en el cementerio, ante las fosas abiertas, de 70 rojos, todos ellos bandidos, asesinos criminales, violadores, incendiarios... y gocé mucho, muchísimo, porque se lo merecían Hicimos una buena limpia. Algunos días después cogimos al gran canalla de García Lorca, -el peor de todos- y lo fusilamos en la Vega, junto a una acequia. ¡Qué cara ponía! Alzaba los brazos al cielo. Pedía clemencia. ¡Cómo nos reíamos viendo sus gestos y sus muecas!". Aunque contiene datos inexactos y parece una "brutal bravuconada", como subrayaron ayer los organizadores, la carta muestra el talante que existía en la ciudad durante la guerra civil y el odio exacerbado de algunos sectores hacia el poeta. Federico García Lorca y Granada recoge una enorme parte de los fondos de archivo con los que cuenta la fundación de su nombre, muchos de los cuales no eran conocidos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_