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Entrevista:

RAMON MARGALEF BIÓLOGO Y ECÓLOGO "El uso del término "ecológico" es pura propaganda en el 95% de los casos"

Tereixa Constenla

Cuando nadie hablaba de ecología en España, en los años 60, Ramón Margalef impartía clases informales en la Universidad de Barcelona. Un sinfín de premios internacionales avalan la autoridad de este naturalista, que ha cultivado la ciencia desde una perplejidad filosófica. La naturaleza, proclama como una de sus máximas, debe mirarse con los ojos de un niño. Pregunta. En algunas biografías le definen como un visionario. ¿Se reconoce como tal? Respuesta. Todo el mundo es visionario, ¿no? Lo que funciona en la naturaleza es la selección natural. Hay vías que se pueden desarrollar y vías en las que uno está equivocado, de manera que la proyección intelectual es un proceso continuo de rechazar vías que se asocian con la imaginación, pero que después resulta que no funcionan. P. Usted comenzó a estudiar el medio acuático cuando la ecología no estaba de moda. ¿Se sentía un bicho raro? R. El interés por estos temas existía igual. Ahora, por las razones que sean, la ecología se ha puesto de moda y los medios de difusión hablan y no paran de ecología. El adjetivo ecológico se aplica con una profusión exagerada y fuera de cualquier uso racional. P. ¿Es un uso mercantilista? R. En el 95% de los casos, el uso es pura propaganda. Hay palabras que se ponen de moda, y hay muchas en el argot que son estupideces gramaticales. Ahora no hay ninguna mayoría que no sea inmensa, y es una tontería. P. ¿Cuál ha sido la evolución de la conciencia social? R. La mercantilización. Realmente existió un interés en la transición. El éxito de la palabra ecológico o ecologismo es aparente, no ha sido muy efectivo desde el punto de vista de la conciencia de la gente. El mayor poder que tiene la humanidad genera una mayor desigualdad a escala mundial. P. Dentro de esa campaña de mercantilización de la ecología, ¿incluiría la creación de un Ministerio de Medio Ambiente? R. La creación es buena. Hasta cierto punto, y es un pensamiento personal, es más importante la ecología que la guerra. Otra cosa es que funcione. Soy de naturaleza optimista, siempre creo que las cosas pueden ir a mejor, pero nunca estamos suficientemente bien. Cualquier actividad, organismo u objetivo hay que revisarlo continuamente. Esto lo ha hecho la naturaleza y, de esta manera, ha llegado a producir al hombre. P. ¿También las organizaciones ecologistas necesitan revisar sus objetivos? R. Por supuesto, pero muchas cosas han venido impuestas. En las escuelas se pusieron de moda los itinerarios naturales, y esto es difícil de mantener. Este contacto con la naturaleza ha degenerado en lo que se llaman deportes de aventura, que mueve más dinero.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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