García Gual alerta sobre la "honda crisis" que sufre la enseñanza de humanidades

El arte de reinterpretar los textos clásicos sigue siendo el más sólido fundamento de la formación humanística. Así lo considera el escritor Carlos García Gual, que alertó ayer acerca de la "honda y extensa crisis" que sufren las humanidades en la sociedad actual. El escritor pronunció la conferencia El viaje sobre el tiempo o la lectura de los clásicos, dentro del ciclo La educación que queremos, organizado por el Grupo Santillana.

García Gual añora los tiempos en los que la enseñanza de las humanidades era considerada prestigiosa, cuando la educación se edificada "sobre la reflexión y el rencuentro con los textos clásicos, textos ilustres y un tanto antiguos". Pero la crisis de la que habló este catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense de Madrid no se limita a las aulas de los centros escolares: "Es el pasado mismo el que ha perdido prestigio. Es un fenómeno social y cultural de larga repercusión".

En su defensa razonada de los textos clásicos, García Gual recuperó para su conferencia una definición de Jorge Luis Borges: "Clásico es aquel libro que una nación o un grupo de naciones o el largo tiempo han decidido leer como si en sus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término". El profesor universitario animó así a los docentes a que trasmitieran a sus alumnos la inagotable capacidad de sugerencias en las que reside el atractivo de estos textos.

La escuela está obligada a dar a los jóvenes estos conocimientos para que luego ellos hagan su elección fuera de ella, señaló el escritor, pero advirtió que es dudoso su provecho si leen a los clásicos por obligación y demasiado pronto, por lo que los profesores deben elegirlos a conciencia.

La conferencia contó con la presencia del presidente del Consejo Escolar del Estado y catedrático de Latín, Juan Piñeiro; el director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente; el presidente del Grupo Prisa, Jesús de Polanco, y el vicepresidente del Grupo Santillana, Emiliano Martínez.