El gran fichaje de Schröder renuncia a una devaluada cartera de Economía
El multimillonario Jost Stollmann, de 43 años, renunció ayer al puesto de ministro de Economía en desacuerdo por los recortes de competencias efectuadas en este departamento en beneficio del Ministerio de Finanzas, que ocupará Oskar Lafontaine, el presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). El dinámico empresario provocó así la primera crisis en el Gobierno de Gerhard Schröder, que aún no ha sido dado a conocer oficialmente.
Antes de completar la lista de 15 carteras ministeriales -cinco de ellas en manos de mujeres-, el futuro canciller federal encontró inmediatamente una solución de repuesto para la dimisión de Stollmann, propietario de una multinacional de ordenadores, que éste mismo le comunicó en una conversación privada por la mañana. Schröder ofreció el cargo a Werner Müller, un experto en energía, de 52 años, a quien conoce desde hace tiempo y que le ha asesorado en temas de energía nuclear en el land (Estado federado) de Baja Sajonia. Müller, que como Stollmann no es militante del SPD, ha participado como experto en las conversaciones para formar un Gobierno de coalición, que se atascaron anoche en algunos detalles fiscales como el impuesto sobre la propiedad. Para hoy está previsto que el SPD y Los Verdes firmen oficialmente el acuerdo de Gobierno y lo den a conocer.
Müller causó buena impresión ayer en la rueda de prensa que Schröder ofreció para presentarlo. Su aire de técnico discreto, que prefiere pasar inadvertido entre bastidores, contrasta con el estilo más agresivo de Stollmann. Este empresario era una de las figuras que Schröder había incorporado a su equipo como gesto simbólico de apertura hacia los sectores empresariales dispuestos al riesgo. Sin embargo, sus contundentes afirmaciones habían provocado oposición en las filas del SPD.
Stollmann dijo ayer que Schröder no había cumplido su promesa de ofrecerle el Ministerio de Economía en su integridad. Sin embargo, no quiso hacer reproches al futuro canciller y se limitó a constatar que el pacto que ambos cerraron en junio "no pudo realizarse" y que había esperado hasta ayer que Schröder podría cumplirlo. El empresario quería competencias de representación en Europa, política estructural y responsabilidad por el informe económico anual. Según dijo, su concepción del ministerio estaba muy relacionada con la política de comunicación y las competencias cercenadas le eran necesarias para estimular su programa destinado a crear empleo.
Stollmann no quiso criticar directamente a Lafontaine, se mostró escéptico sobre los resultados de la negociación de coalición con Los Verdes, que calificó de "desastrosas", y dudó de que los acuerdos en materia de impuestos estimulen la creación de pequeñas y medianas empresas.
No hay "nuevo centro"
En opinión de Stollmann, el nuevo centro, la idea que dice compartir con Schröder, no ha podido imponerse en el nuevo Gobierno. Admitió, sin embargo, que en el SPD existen diferentes tendencias y diferentes "concepciones políticas". La gran necesidad de modernización y reforma que experimenta el SPD es representada, según dijo, por figuras como el ministro de Economía de Renania del Norte-Westfalia, Bodo Hombach, que pasará a dirigir la cancillería federal, y el jefe del Gobierno de este land, Wolfgang Clement. Por su parte, Schröder, que lamentó ayer la decisión de Stollmann, dijo que hubiera trabajado con gusto con él, y aseguró haber salido en su defensa ante las críticas en las filas del SPD. El futuro canciller negó que hubiera provocado el cese de Stollmann por deseo de Lafontaine, y justificó el recorte de la cartera de Economía amparándose en la opinión del ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, quien le habría aconsejado organizar el Ministerio de Finanzas como un gran superministerio a semejanza de otros países europeos.
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