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La duración de la jornada con contrato a tiempo parcial frena el diálogo social

El Ministerio de Trabajo y los sindicatos UGT y CC OO, mantuvieron ayer un tenso pulso para delimitar el nuevo contrato a tiempo parcial. Las discrepancias sobre la jornada y las horas complementarias, les impidieron cerrar la discusión en la mesa de diálogo social que lleva mejor rumbo, e incluso se produjeron retrocesos respecto a las conversaciones que mantuvieron la semana pasada. Las centrales llegaron a afirmar que "las posibilidades de un acuerdo son escasas", aunque no hablaron de ruptura.

El problema fundamental radica en la fijación de la jornada para este tipo de contratos, donde Trabajo propone un tope del 80% de la jornada legal anual habitual (1.416 horas), mientras que los sindicatos piden que se delimite entre el 70% y el 75% de la jornada de convenio, que suele ser unas 30 horas inferior de media. Esta jornada tope se compondría de horas ordinarias y de horas complementarias, una nueva figura del ordenamiento jurídico, que a juicio de Trabajo tendría una distribución irregular a lo largo del año, determinada por el empresario, revisable anualmente, y que podría llegar hasta el 25% del horario firmado inicialmente en el contrato individual.

Por contra, los sindicatos exigen que esas horas complementarias sólo pueden llegar hasta el 10% del horario inicial, con la posibilidad de aumentarlas hasta el 20% mediante la negociación colectiva. También piden que la jornada sea revisable trimestralmente.

Diferentes fórmulas

El representante de UGT, Toni Ferrer, aseguró que con la propuesta de Trabajo "se empeora la regulación actual", del contrato que rige en estos momentos para un 8% de los asalariados. El dirigente de CC OO, Fernando Puig, mostró también su rechazo y afirmó que "el Gobierno nos propone cambiar la estabilidad de estos contratos por la absoluta disponibilidad del trabajador al empresario". Ellos deducen que con la fórmula del ejecutivo "con una hora contratada el empresario puede prolongar unilateralmente la jornada hasta el límite total para estos contratos de 1.416 horas semanas o 31 semanales". Para los sindicatos, ese modelo de contrato es "contrario a la filosofía de la directiva de la UE", consistente en dar flexibilidad a las empresas y seguridad a los trabajadores. Tras constatar esas discrepancias, las centrales comunicaron a trabajo que no van a avalar una reforma que "no dote de más derechos a un contrato que ya es precario". En medio de esos desacuerdos, las conversaciones van a proseguir hoy entre los sindicatos y el Ministerio de Trabajo. Paralelamente, el Ejecutivo mantiene negociaciones con la patronal CEOE, con la que existe más identidad de criterios en materia de jornada.

[Responsables de la CEOE y de CEPYME se comprometieron ayer a seguir discutiendo sobre cómo mejorar el empleo de tiempo parcial estable, tras la reunión mantenida con representantes de Trabajo. Según fuentes de la CEOE, la reunión tuvo un marcado carácter técnico y estuvo dedicada a analizar distintos borradores, informa Efe].

Pese a las discrepancias y la tensión vivida en las últimas jornadas, los agentes sociales han logrado algunos avances en otros aspectos de la reforma. En lo referido a protección social de los trabajadores los avances se mantienen. Los contratos de este tipo tendrán un acceso más fácil a la pensión contributiva sin tener que cotizar el doble de años (30) que el resto de los trabajadores (15).

Para ello, según lo acordado, se les aplicará un coeficiente mediante el cual, por cada cinco horas trabajadas, se consideran ocho cotizadas.

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