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COMUNICACIÓN

La élite de la informática declarará contra Bill Gates

El letrado de Microsoft prepara la estrategia para el histórico juicio que se inicia mañana

"Abordamos el juicio con mucha confianza. Lo que estamos haciendo es integrar tecnologías de un modo beneficioso para los consumidores, y eso es perfectamente legal bajo las normas de defensa de la competencia". Así de claro parece tenerlo Bradford L. Smith, abogado y consejero legal de Microsoft, con el que EL PAÍS ha conversado en las vísperas del histórico juicio que mañana comenzará en Washington. Un juicio en el que el Gobierno federal norteamericano, apoyado por 20 Estados, sostendrá que Microsoft ha violado las leyes antitrust al incluir en su sistema operativo Windows su propio navegador por Internet, el Explorer, y otros programas inspirados en iniciativas de competidores más pequeños. Smith y el resto del equipo legal de la empresa de Gates se defenderán con argumentos que pueden resumirse en una idea: al incorporar a Windows una serie de programas que antes los usuarios tenían que comprar por separado, Microsoft les está haciendo la vida más fácil y más barata.

"Nosotros", dice Smith, "podríamos vender el navegador Explorer digamos que por cinco dólares, con lo que seguramente ganaríamos mucho más dinero que insertándolo en Windows sin encarecer el precio de este sistema operativo. Pero ése no es el problema de fondo. El fondo del asunto es que si queremos que Windows siga siendo un éxito, tenemos que hacerlo cada vez mejor, incorporándole nuevas tecnologías".

"¿Y cómo podría seguir siendo interesante Windows", prosigue, "sin incorporar la navegación por Internet, que se ha convertido en uno de los usos principales de los ordenadores personales?".

Pero ahí es donde le espera la acusación pública. El departamento de Justicia que dirige Janet Reno intentará presentar este caso como el que tuvo como protagonista a comienzos de siglo a la empresa petrolera Standard Oil, de John Rockefeller. Argumentará que del mismo modo que a través de su control del petróleo y el transporte del petróleo Standard Oil se convirtió en una amenaza para la libre competencia -el fundamento de la economía norteamericana-, Microsoft está utilizando la hegemonía de su sistema operativo Windows para convertirse en el Big Brother de Internet.

Lo cierto es que si el juicio que comienza mañana ha despertado una tremenda expectación entre políticos, juristas y empresarios relacionados con el mundo de las tecnologías de la comunicación, los consumidores parecen indiferentes a los problemas legales de Microsoft. La salida al mercado de Windows 98 en EE UU no ha padecido un ápice y, según un sondeo del semanario US News & World Report, el 80% de los norteamericanos tienen una opinión favorable de la empresa de Gates.

"Este caso", dice Smith, "no ha tenido el menor impacto en nuestras ventas. Una de las cosas que hemos hecho ha sido explicar a los consumidores que estamos defendiendo una postura racional. Microsoft podría haber suscrito un acuerdo el pasado mayo para evitar ir a juicio, pero el precio a pagar era demasiado alto".

El acuerdo al que alude el abogado era la oferta que hizo el departamento de Justicia a Microsoft para retirar sus acusaciones: que incorporará el navegador de Netscape a Windows o no ofreciera ninguno. Gates la rechazó afirmando que eso era algo semejante a obligar a Coca-Cola a vender en sus máquinas expendedoras una cantidad determinada de latas de Pepsi-Cola.

El juicio verá desfilar por el tribunal a la élite del sector norteamericano de la informática y la navegación por Internet. Unos cargarán contra la empresa de Gates, como los directivos de Nestcape, los principales afectados por la incorporación gratuita al sistema Windows del Explorer. Pionero en este tipo de programas, Netscape tenía una amplísima ventaja en el mercado de la venta de los navegadores hasta que Gates decidió crear el suyo y regalarlo.

También declararán contra Microsoft los ejecutivos de Sun Microsystems, la empresa creadora del lenguaje para Internet Java. Sun denuncia que le vendió en 1996 los derechos para usar Java, pero que el gigante de Seattle alteró los códigos de ese lenguaje para que sólo pueda usarse con Windows. Otras declaraciones son menos previsibles. Microsoft, por ejemplo, también está acusado de haber presionado a America Online, que con más de un millón de abonados es el principal proveedor de servicios de Internet, para que utilizara como navegador una versión del Explorer. Pero America Online no quiere líos con el gigante.

Microsoft también está acusado de haber amenazado a su aliado Intel, el fabricante de chips, con graves consecuencias si seguía adelante con su proyecto de desarrollar programas operativos para sistemas multimedia.

El resultado del juicio es impredecible. El juez Thomas Penfield Jackson presidirá el tribunal. Sea cual sea su resultado, la parte perdedora recurrirá la sentencia, por lo que es probable que sea el Supremo el que tenga que decidir.

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