Rojo urge a que se tomen decisiones políticas para ayudar a salir de la crisis

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, volvió a rebatir ayer las previsiones oficiales en cuanto al crecimiento económico. En su opinión, la crisis financiera internacional podría suponer para España un crecimiento "unas décimas inferior" al 3,8% fijado por el Gobierno para 1999. El gobernador matizó que la profundidad de la crisis dependerá "de las decisiones políticas" que se adopten en el contexto internacional y resaltó que "estamos ante una falta de liderazgo mundial". La situación es "altamente incierta", afirmó.

Rojo compareció ayer en el Congreso ante una mermada comisión de Presupuestos, en la que sólo intervinieron los portavoces del PSOE y el PP. El gobernador, que dijo despedirse "no sin tristeza" de una política monetaria autónoma, admitió que "la situación actual es altamente incierta"; y respecto del futuro, "sinceramente, no sé qué decirles". Todo está a expensas de cómo evolucione la crisis financiera, y esto, a su vez, "depende de decisiones políticas", afirmó. Rojo resaltó que "estamos ante una falta de liderazgo mundial", y lo concretó en los problemas en EEUU, en Japón y en los efectos de las elecciones alemanas.

Describió la situación actual como de verdadero desconcierto: "Estamos ante oleadas de pesimismo que llevan al pánico y luego son sucedidas de periodos de estabilidad". Sin embargo, la crisis "es producto de las equivocaciones de los hombres" y "todavía estamos en condiciones de impedir que se generalice". En este sentido, resaltó algunas noticias positivas de los últimos días, como las medidas en Japón para sanear el sistema financiero, aunque "nadie se atreve a asegurar cómo van a funcionar". También, el apoyo a Latinoamérica, en especial hacia Brasil, "lo que impediría que se extienda el fantasma de la recesión en la zona". Y, por último, la aprobación por Estados Unidos de sus aportaciones al FMI.

"Todo esto", concluyó Rojo, "puede contribuir a aclarar algo el clima; luego no hay que tener una visión absolutamente pesimista". Advirtió después de que "una recesión mundial, por supuesto, afectará a Europa", donde la situación es de "inquietud". En suma, de todo ello depende que la crisis pueda afectar en más o menos décimas a los crecimientos de las economías.

Control del gasto

Respecto de España y con algún matiz -"me resisto a discutir sobre décimas, porque esto entra dentro de los márgenes de error"-, Rojo dejó claro que la previsión oficial de crecimiento económico para 1999 (el 3,8%) puede ser excesiva. La crisis podría "afectar a la baja en unas décimas esa previsión del Gobierno", apuntó. Añadió que no debería afectar a la ejecución del Presupuesto "siempre que se produzca una adecuada disciplina en el control" de las cuentas públicas. Partió de la base de que los objetivos de déficit para 1998 (el 2,1% del PIB) y para 1999 (el 1,6%) "se pueden lograr holgadamente".

Rojo coincide con las previsiones oficiales de inflación. Como ya avanzó Economía, la inflación quedará este año por debajo del 2,1% inicial (en torno al 1,9%, según Rojo) y para 1999 lo colocó entre el 1,7% y el 1,9% (el 1,8% es el objetivo oficial).

Pese a ello, insistió en que "no hay que bajar la guardia" respecto del control del gasto, las medidas de liberalización económica y la moderación salarial". Advirtió de que "hay que aumentar la competencia en muchos sectores muy importantes de este país".

"A lo mejor son ilusiones mías", añadió, "pero si no hubiésemos bajado los tipos de interés lentamente, no se habría reducido tanto la inflación.

Rojo dijo que los mercados apuestan por un tipo de interés de convergencia no superior al 3,3%, como ya avanzó el Ministerio de Economía. Por su parte, el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, insistió ayer en que la convergencia de tipos de interés debe producirse a la baja, lo que lo situaría en el 3,2% existente ahora en Austria.